Por Santiago Magrone
El gobierno nacional se apresta a oficializar la vuelta al esquema de un precio diferencial para el petróleo local (barril criollo) en su comercialización entre productores y refinadores del país, que se ubicará en los 45 dólares, en momentos en que el crudo internacional está notoriamente por debajo de tal cotización, con un barril de Brent en torno a los 30 dólares y el WTI ronda los 24, con pronóstico reservado.
El Presidente Alberto Fernandez confirmó el lunes 11 que "se está trabajando en la vuelta del barril criollo para mantener la producción y el empleo" en esta industria, en tanto que fuentes del Ministerio de Desarrollo Productivo indicaron a E&N que "el texto ya está definido en su versión final y está para salir en estos días". De hecho, está siendo ajustado en la Secretaría de Legal y Técnica de Presidencia.
Otra precisión que formuló el Presidente en las últimas horas es que se mantendrá el actual esquema de precios para los combustibles en el mercado local, en principio hasta octubre próximo.
En la tarde del miércoles 6 el Ministro del área, Matías Kulfas, convocó y mantuvo una reunión virtual con principales directivos de las empresas petroleras integradas y no integradas (YPF, PAE, Vista, Shell, entre otras) en la cadena de esta industria y gobernadores de la provincias productoras de hidrocarburos (Neuquén, Chubut, Santa Cruz, Tierra del Fuego, Mendoza y otras), con yacimientos convencionales y no convencionales, para analizar el proyecto de decreto que establecerá el esquema de "precio sostén", y se quedó en ajustar algunos aspectos de su contenido.
El regreso al barril criollo deberá tener como contrapartida la preservación de los niveles de producción (para evitar importaciones) y de empleos anteriores a la Pandemia del COVID-19, e incluso previos a la caída que se venía produciendo en el último trimestre de 2019.
La teleconferencia se extendió por mas de tres horas y a su término, casi todos los participantes mantuvieron reserva sobre el tenor del intercambio de opiniones entre los participantes, varios de estos con posiciones e intereses contrapuestos.
El esquema del Barril Criollo se aplicó entre 2015 y 2017, fecha a partir de la cual los precios locales se alinearon con los internacionales, con actualizaciones periódicas para los combustibles en base a una ecuación que consideraba la variación del precios del Brent, del tipo de cambio peso-dólar, y la variación de los precios de los biocombustibles utilizados como corte en las naftas y gasoils.
Por razones electorales el gobierno macrista dispuso un congelamiento en los precios de los combustibles en agosto y setiembre del año pasado, y esos precios se mantienen hasta hoy aún cuando el crudo internacional perdió mas del 40 por ciento en el primer trimestre del año.
En el mismo lapso mermó la producción, sobre todo desde mediados de marzo, cuando se activó la cuarentena por la pandemia mundial y la economía (local e internacional) sufrieron un grave deterioro de la demanda local y externa.
Tal situación afectó los ingresos por cobro de regalías de los Estados provinciales, y golpeó a los trabajadores petroleros con suspensiones masivas, sobre todo entre las empresas proveedoras de servicios petroleros. De hecho varios sindicatos del sector aceptaron reducir al 75 % los ingresos normales de los trabajadores ahora afectados por las suspensiones, procurando evitar despidos. en acuerdos bimestrales.
Antes de la pandemia varios productores de crudo aspiraban a un regreso al esquema del Barril Criollo con un precio superior a los 50 dólares. La nueva realidad indicará un precio de 45 dólares a pagar por las refinadoras, precio al cual se liquidarán las regalías para las provincias.
Especialistas del sector plantearon serias dudas acerca de la efectividad de esta medidas en el actual contexto de caída de la demanda, que incluso determinó una menor actividad de las refinadoras, y un almacenamiento de crudo cercano al límite de la capacidad disponible.
El inminente Decreto será eso no un DNU, confirmaron a E&N fuentes oficiales, activará el esquema desde este mes y hasta el 31 de diciembre, y tomará en cuenta lo que ocurra con el precio internacional del Brent, ya que si este crudo trepa hasta los 45 dólares y se mantuviera, el esquema local quedará sin efecto.
En las horas previas a la teleconferencia Kulfas había anticipado que la idea del Ministerio era "tener un precio de referencia que evite que los proyectos que en la Argentina están en funcionamiento, aún con niveles bajos de actividad, no terminen de cerrarse bajo un escenario negativo".
El funcionario agregó que "si no lo hiciéramos el gran peligro es que cuando la actividad se normalice y los precios vuelvan al alza, no tengamos la producción en pié y debamos importar petróleo, por eso buscamos dar certidumbre".
Un funcionario del área explicó a E&N que “en una primera etapa procuramos que hubiera un acuerdo al interior de la propia industria (petrolera) pero ello no ocurrió y esto motivó entonces la intervención del Estado en el tema”.
Describió que “se intenta acordar un criterio de razonabilidad en el precio (del barril de crudo) para el mercado interno, atendiendo a los costos de producción local de los combustibles, considerando a toda la cadena de valor de la industria”.
Este punto, el del precio razonable, para algunas empresas y para técnicos en costos petroleros, se ubicaba hoy bien por debajo de los 45 dólares que se ha dispuesto, de manera que la decisión no tiene consenso pleno.
También se esperan precisiones acerca del esquema de retenciones a las exportaciones del rubro, en un mercado no demandante. Se aplicaría un esquema de retenciones que arrancaría de Cero (0) si el precio internacional se mantiene por debajo de los 45 dólares y de 8 por ciento si iguala o supera el valor de referencia.
YPF puntualizó en abril que la demanda de naftas cayó en los últimos meses 70 por ciento, 50 por ciento la de gasoil, y 90 por ciento la de naftas de aviación. “¿Quien va a aceptar de buena gana pagar un crudo a 45 dólares para refinar?” se interrogan operadores del sector, recordando que YPF redujo operaciones en su planta de Plaza Huincul y Raízen (Shell) las suspendió en su refinería Dock Sud.
No obstante, el flamante CEO de YPF, Sergio Affronti, participó de la reunión con el ministro Kulfas y avaló la decisión gubernamental.
En cuanto al contexto internacional de derrumbe de los precios del petróleo y el gas, habrá que ver los efectos en el mercado del recorte a la producción dispuesta a partir de este mes por Arabia Saudita (OPEP) y Rusia en un volumen no menor a los 10 millones de barriles diarios. Una estabilización del repunte de precios de los últimos días dependerá además de los efectos favorables sobre la demanda que tendrá una recuperación paulatina de la actividad económica, en la post-pandemia.
La Administración Trump, derrotada por el COVID-19 y sometida a la presión por la reelección, promete rescatar a empresas petroleras especializadas en la producción no convencional que dicen estar en bancarrota. Pero mas bien ocurrirá una concentración de la actividad a manos de las mas grandes, siempre que los precios mejoren en la segunda mitad del año.