Se trata de proyectos con tramos de acuerdos que se espera sean adjudicados en 2018. El programa de desarrollo de proyectos de infraestructura a través de la asociación público-privada (PPP) que lleva adelante el gobierno no toma color, al menos para la banca internacional.
Los primeros proyectos argentinos de PPP se adjudicarán a fines de abril, donde Hacienda y Economía estiman que significarán algo más de us$ 5 mil millones. Estos proyectos son parte de tres tramos de acuerdos que se espera sean adjudicados en 2018, compuesto por 13 autopistas y dos puentes.
En la reciente conferencia del BID en Argentina, los los responsables de operaciones de los grandes bancos europeos dijeron recientemente al prestigioso medio Euromoney que no estaba preparado para financiar ninguno de los proyectos.
En estricto off the record, un alto ejecutivo de la banca europea dijo que “hay demasiado riesgo para proyectos a largo plazo en Argentina, ninguno de mis colegas en otros bancos financiará parte de la deuda tampoco. Tal vez lo hagan los bancos chinos”.
Riesgos
Según los ejecutivos, los proyectos puramente domésticos, como las autopistas de peaje, tienen demasiado riesgo de regulación y fijación de tarifas durante la vida útil del proyecto. En este contexto, toman relevancia las recientes declaraciones del ministro Juan josé Aranguren respecto de la falta de confianza en el país. Dijo que mantiene su dinero depositado en el extranjero y aseguró que lo repatriará ※a medida que se recupere la confianza§ en el país; en definitiva, no confía en la Argentina. Cabe recordar que un ministro “es” el presidente en los menesteres que le fueron asignados, es decir tiene la tarea de recrear la confianza en el país.
Sus declaraciones no contribuyeron a alentar a los inversores internacionales, pese al respaldo presidencial.
Desconfianza
Ante este panorama ¿Quién elegirá a la Argentina como destino de sus inversiones durante ese período? Un futuro candidato a la presidencia podría proponer eliminar los peajes, ganar una elección y, dada la inestabilidad en la historia del país, no es una posibilidad demasiado remota. Los rendimientos de la financiación de la deuda son demasiado bajos como para justificar este riesgo.
Por lo tanto el aumento del riesgo regulatorio hace que los inversores esperen rendimientos muy altos.
El riesgo haria colocar la carga financiera en agencias multilaterales, posiblemente bancos chinos, financiando la deuda de los consorcios ganadores a través de bonos corporativos en lugar de bursatilizaciones específicas de proyectos.
El gobierno dice que ha recibido ofertas de 10 consorcios compuestos por 40 compañías del sector privado para los primeros contratos.
Fuetes oficiales aseguran que esperan maximizar el interés de los inversionistas internacionales al hacer que los pagos del contrato estén denominados en dólares, evitando el desajuste de financiamiento que ha frustrado los esfuerzos de PPP en moneda local en otras partes de la región.
Un banquero senior señaló que algunos bancos podrían estar interesados si el proyecto está basado en exportaciones, ya que cree que cualquier gobierno futuro sería menos propenso a cambiar radicalmente la regulación de un proyecto que no tiene exposición directa a la población local y es un conductor de la economía.
Sin embargo, si los bancos no están preparados para participar en el financiamiento de la deuda en la primera ola de PPP, o que podría significar un duro golpe para el ministro de Hacienda, Luis Caputo, que espera que las inversiones en infraestructura desempeñen un papel importante en la economía de corto plazo.
Los planes gubernamentales incluyen la reducción de la inflación y aumentar la inversión externa directa. Por su parte el sector privado espera que las tasas de interés bajen; se impulse el crecimiento del PBI por encima del nivel crucial del 3% necesario para apoyar el ajuste fiscal gradual del ministerio de finanzas; agregar empleos para mantener el apoyo popular del presidente Mauricio Macri; y mejorar la competitividad y la productividad en un país que vio la inversión en infraestructura caer al 3% del PIB durante la administración anterior.
Optimistas
“Esperamos que se inviertan unos $ 6 mil millones en infraestructura en los próximos cuatro años”, dijo Marcos Wentzel, director del sector público de Puente, banco argentino de inversiones. “Y no son solo carreteras; después vendrán los proyectos ferroviarios locales, la energía y las escuelas públicas; vendrá mucho más”.
La ley de PPP contempla dividir los pagos del gobierno al consorcio ganador durante la fase de construcción para minimizar la velocidad del aumento de la deuda en la cuenta del gobierno.
El próximo impulso para el desarrollo financiero será la sanción de una nueva ley de mercados de capital que elimine algunos de los poderes más dirigistas otorgados por el último gobierno. La esperanza es que esto cree el marco regulatorio para permitir que crezcan los mercados nacionales de capital.
“Estas regulaciones crean las condiciones legales adecuadas para el crecimiento de los mercados de capitales argentinos”, dice Justo Segura, abogado de la firma local Cabanellas Etchebarne Kelly. “Estamos esperando una mejora del entorno económico”.
Los banqueros argentinos esperan que le llevará todo su primer mandato de Macri para bajar la inflación y las tasas de interés a niveles que permitan a las compañías invertir prácticamente usando productos del mercado interno de capitales, así como crear las condiciones para atraer algunos de los $ 120 mil millones de dólares fuera del sistema y que pertenecen a los argentinos. la riqueza privada que se declaró en la reciente amnistía fiscal, de la cual “casi todo” todavía se invierte en el extranjero, según Wentzel.
Mientras tanto, algunas regiones también han estado financiando proyectos completamente por su cuenta. Por ejemplo, Córdoba emitió en 2017, $ 150 millones en bonos a 10 años con una tasa de 7.125% para financiar el desarrollo de un gasoducto troncal. Dicho sea de paso, esta operación derivó en una denuncia penal de la CNV contra Puente Hermanos, el contratista de la obra sería la brasileña Odebrecht.
Mercados
Los bancos privados también están recurriendo a los mercados internacionales, y el presidente ejecutivo de Galicia, Fabián Kon, le dijo en el BID que acaba de cerrar un bono verde de $ 100 millones de pesos comprado por la Corporación Financiera Internacional (CFI). El acuerdo podría reabrirse una vez que el dinero actual se asigne a proyectos que aumenten la eficiencia energética hasta en un 15%.
“Es el primer bono verde de un emisor argentino y realmente demuestra el impulso de la CFI en esta área”, dice Kon, quien agrega que la relación de su banco con el multilateral se remonta a más de 20 años.
Mantener el apetito existente por el crédito argentino en los mercados internacionales, con rendimientos actuales o mejores, es crítico para el país.