En medio de las tensiones con Bielorrusia por la inmigración y las amenazas de cortar el paso del gas desde Rusia a Europa, se suma ahora la demora de Moldávia de pagar los despachos de gas que recibe de Gazprom.
La compañía rusa advirtió a Moldavia que se verá obligada a suspender los suministros de gas si no recibe en las próximas 48 horas el pago por los volúmenes de combustible acordados recientemente.
Según el portavoz de la empresa, Serguéi Kuprianov, de acuerdo con lo pactado previamente Moldavia tiene que "efectuar plenamente los pagos» en los plazos previstos por el contrato bilateral, uno de los cuales venció hoy, el 22 de noviembre.
"Por ello y en virtud del contrato, Gazprom informó a la parte moldava del cese de los suministros en 48 horas", dijo Kuprianov, cuyas palabras recoge la agencia TASS.
Moldavia comenzó el pasado 1 de noviembre a recibir gas natural de Rusia, según el contrato suscrito la semana anterior para un periodo de cinco años y que contempla este mes una tarifa de 450 dólares por mil metros cúbicos, de acuerdo con la gasística moldavo-rusa Moldovagaz.
El portavoz de Gazprom subrayó que en vista de la difícil situación financiera del país, la gasística rusa aceptó firmar el contrato, teniendo en cuenta casi todas las condiciones moldavas, pero "con un punto importante" y que consistía en la realización del «cien por cien de los pagos» en los plazos acordados.
A su vez, el jefe de Moldovagaz, Vadim Cheban, confirmó la recepción de la notificación rusa y aseguró que la compañía pagará su parte y no permitirá el cese de los suministros.
"Estamos trabajando en la solución de ese problema y los pagos serán realizados", dijo Cheban, cuyas palabras recoge la agencia Interfax.
El ejecutivo precisó que se trata de las sumas correspondientes a las entregas de gas en octubre y parte de noviembre.
A la vez, explicó que el retraso del pago se debe a la situación en torno a las nuevas tarifas que entraron en vigor con el nuevo contrato.
Las autoridades moldavas afirmaban previamente que el país no podía aceptar el precio de gas propuesto por Gazprom y comenzaba a negociar la compra del combustible con Ucrania, Rumanía y Polonia a fin de diversificar sus fuentes de energía.
La crisis por la escasez de suministros llevó a Moldavia a declarar el 22 de octubre el estado de emergencia por un plazo de 30 días.