El ahora ex ministro de Desarrolo Productivo, Matías Kulfas, formalizó en la tarde del lunes ante el Presidente Alberto Fernández, la renuncia al cargo que le solicitó el sábado 4 de junio luego de que dicho funcionario admitiese que desde esa cartera se distribuyó un texto "en Off" en réplica a la Vicepresidenta, Cristina Fernández, por el cuestionamiento que ésta realizó a la importación de chapas que hará Techint desde su planta en Brasil para fabricar los caños para el Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (Tratayén-Salliqueló).
CFK había sugerido que la empresa adjudicataria podría elaborar ese insumo en el país. Pero la salida de Kulfas tiene además otros motivos que él mismo puso en superficie.
Kulfas se reunió con el Presidente en Casa Rosada, y le dejó el texto de su renuncia, que no sólo contiene un largo resúmen de lo realizado durante su gestión, sino que incluyó, esta vez en On, la reiteración de críticas a Enarsa (ex IEASA), a cargo del proyecto, a cuyos directivos ligó con la propia CFK.
Kulfas expuso además las fuertes diferencias que venía manteniendo con los interventores en los Entes Reguladores y la Secretaría de Energía respecto de la política energética, por caso en temas como tarifas y subsidios, y de promoción de inversiones hidrocarburíferas, además del gasoducto troncal.
De hecho, Energía había salido de la órbita de su ministerio hace muchos meses, para pasar a la de Economía. Las diferencias de criterio en torno a la cuestión tarifaria persisten aunque Martín Guzmán ya activó resoluciones al respecto.
Kulfas dejó un campo minado de dudas sobre esta licitación complicando al gobierno. Y de hecho dió lugar a pedidos de informes y presentaciones judiciales por parte de la coalición opositora. Así las cosas, es probable que el proceso licitatorio se vea dilatado y con ello, no se concrete el objetivo gubernamental de tener activo al nuevo ducto en el invierno 2023.
Poco después de conocida la carta de renuncia, la portavoz presidencial salió a declarar que "el Gobierno nacional rechaza las acusaciones vertidas por Matías Kulfas en su carta de renuncia y no comparte los conceptos sostenidos en ese sentido". “El Presidente está convencido de la necesidad de seguir trabajando por la unidad de la coalición de gobierno, construyendo acuerdos en la diversidad y gobernando con plena transparencia en todas las áreas”, señaló.
A continuación, publicamos principales aspectos de la carta de renuncia de Kulfas, en lo referido a la cuestión energética:
.- Sr. Presidente, usted me otorgó, en el inicio de la gestión, la responsabilidad de gestionar la política energética del país. Al empezar le dije que teníamos tres grandes desafíos por delante. El primero era implementar rápidamente un plan de estímulo a la producción de gas, de modo de aprovechar nuestro potencial y dejar de gastar tantos dólares importando barcos y otras fuentes de aprovisionamiento. Nos abocamos a la elaboración del Plan Gas 2020 con la premisa de ahorrar divisas de importación y aumentar la producción gasífera en Vaca Muerta y otras reservas hidrocarburíferas del país, diseñado técnicamente por un excelente equipo de profesionales, donde destacaron las tareas de Esteban Kiper y Juan José Carbajales. Si bien el plan estaba listo en julio de 2020, rápidamente aparecieron las voces críticas desde un sector de los entes reguladores, que decían que nuestra propuesta era antieconómica, con precios en torno a US$ 3,50 por millón de BTU, a los cuales consideraban “caros”. Vaya paradoja, consideraban caro un precio que estaba por debajo de los niveles históricos del gas importado y por el que hoy se paga en torno a los US$ 30 y se llegó a pagar en el mundo en torno a los US$ 48. Qué bueno que no les hizo caso a esas personas Sr. Presidente, no hay que entender mucho de economía para darse cuenta los graves impactos en nuestra balanza de divisas que hubiésemos tenido sin ese Plan Gas que permitió ahorrar nada menos que US$ 6.000 millones, al tiempo que logró revertir un declino del 10% anual y aumentó la oferta de gas en cerca del 30%. El debate sobre el Plan Gas fue tan desgastante y absurdo que derivó en el traspaso de la Secretaría de Energía al Ministerio de Economía, pero finalmente primó la racionalidad, se aprobó, y usted reconoció públicamente hace pocos días mi intenso trabajo y el de los equipos técnicos de entonces para que se pudiera llevar a cabo, cosa que una vez más le agradezco.
El segundo desafío era salir del desquiciado sistema de subsidios a la energía que rige en nuestro país desde hace dos décadas, el cual tiene un enorme costo fiscal, es socialmente injusto, centralista, anti federal y pro rico. Como peronista me avergüenza cada día que pasa en el que el Estado argentino subsidia la energía de hogares acomodados de la ciudad de Buenos Aires o la zona norte del gran Buenos Aires, hogares que no necesitan, no solicitan ni valoran esos subsidios. Era imprescindible racionalizar este sistema, realizando adecuaciones tarifarias que tuvieran en cuenta la crisis de ingresos de los hogares, pero dotándola de progresividad distributiva. Lejos de ellos, el equipo de la Secretaría de Energía, que se fuera desplegando desde los entes reguladores, no hizo más que alimentar este sistema nefasto de subsidios. En estos dos años y medio han ocurrido hechos trascendentes en el mundo: hubo una pandemia, se investigó rápidamente la genética del virus, se crearon varias vacunas, se desplegaron decenas de iniciativas para afrontar la pandemia, se aceleró la digitalización, cambiaron los sistemas mundiales de aprovisionamiento, pero en nuestro país, el equipo de la Secretaría de Energía no fue capaz de diseñar un sistema de segmentación de tarifas y cobrarle a los ricos y sectores de ingresos medio – altos una boleta de luz y gas sin subsidios.
El tercer desafío era generar un marco normativo y desplegar estrategias para el desarrollo de Vaca Muerta. No es un tema menor: el sector energético es una de las llaves para resolver nuestro problema de restricción externa. Estamos hablando de un potencial exportador de más de US$ 30.000 millones. Una vez más, los avances fueron lentos, signados por un internismo exasperante dentro del propio equipo de la Secretaría de Energía, es decir, internismo dentro del internismo. Ello demoró la posibilidad de un nuevo marco normativo, donde el proyecto de Ley quedó en el olvido y fue reemplazado por un decreto que puso algo de racionalidad. Asimismo, se produjeron las demoras del caso en el inicio del gasoducto Néstor Kirchner, que ojalá pueda iniciarse rápidamente porque representa una posibilidad concreta de lograr el autoabastecimiento gasífero y luego avanzar en la estrategia exportadora, pero se ha perdido tiempo muy valioso que nos cuesta millones de dólares en importaciones.
A propósito de este tema, ratifico lo dicho el viernes al finalizar el acto aniversario por los 100 años de YPF en Tecnopolis: si algo cabe reprocharse respecto al contenido nacional de los insumos del gasoducto, eso debe atribuirse pura y exclusivamente a las características de la licitación realizada por la empresa IEASA, cuyos miembros, al igual que el equipo de la Secretaría de Energía, responden políticamente a la Sra. Vicepresidenta. Fueron declaraciones que realicé en ON, y que quedaran registradas por la radio AM 750 y formuladas ante varios periodistas allí presentes. Huelga adicionar la injusta acusación que la Sra. Vicepresidenta le formulara al señalarle que usted tiene que “utilizar la lapicera” para forzar un mayor contenido nacional cuando dichas decisiones fueran adoptadas por IEASA.".
Como se puede leer en nota aparte, IEASA ya había salido a responder a este argumento, desmintiendo al ex funcionario.
SM