ECONOMÍA & POLÍTICA

Subsidios e impuestos en el tablero geopolítico

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El conflicto entre Rusia y Ucrania profundizó una crisis generalizada que va hastiando a la opinión pública. El bloqueo de la exportación de gas a Europa desató una estampida de los precios y expuso una crisis de liquidez en las transacciones financieras con derivados energéticos. Esto disparó una fuerte discusión en el seno de la UE. Si bien los europeos son los reyes del subsidio encubierto, el conflicto impulsó la intervención directa de los mercados reorganizando cadenas de abastecimientos, secuestrando activos corporativos, reescribiendo contratos comerciales con clientes y proveedores, ordenando a las compañías stockear reservas estratégicas y dar prioridad a las órdenes de la Comisión Europea por encima de posibles exportaciones. Mientras tanto, la Argentina con la pesada mochila de la deuda, sigue al tranco y con números bajos, pero positivos.

El estallido del conflicto entre ucranianos y rusos, convirtió a Europa en un enorme escenario de conflictos que está provocando el caos político y económico, afectando seriamente la seguridad energética de Europa y la de muchos países periférificos.

Podría decirse que hay unanimidad en la opinión experta de que la invasión rusa a Ucrania tendrá como consecuencia un cambio de paradigma para los mercados energéticos globales. En este sentido se conjetura que no habrá un regreso al orden anterior a la crisis y que los mercados energéticos buscarán una “nueva normalidad” por un camino que será largo e incierto.

Uno de los temas más relevantes y polémicos que está instalando la crisis son los roles del estado y el mercado en materia energética, porque los subsidios imponen precios máximos y diluyen el impacto de las señales de precios y demandan aumento de impuestos o nuevos gravámenes.

Otra de las consecuencias del conflicto y de los que poco se habla en los medios, es el impacto en la denominada “transición energética”. Las renovables están desaparecidas en su rol de proveedoras de energía limpia mientras el carbón recupera un lugar de privilegio. Además la COP 27, realizada en Egipto, demostró que pese a la multitudinaria asistencia, la agenda política climática despierta cada vez menos expectativas.

Energoestrategia 

Montados en la rusofobia europea, la estrategia norteamericana de sumar a la OTAN países limítrofes ex integrantes del Pacto de Varsovia para cercar a Rusia, por ahora solo profundizó los conflictos. Pero toda batalla siempre tiene riesgos y a pesar de que EE.UU. viene luchando para evitar la debilidad del dólar frente a otras monedas, podría tornarse consistente el impulso de China y Rusia al uso de divisas alternativas.  

Europa se debilita: UK salió de la Unión, el euro se devaluó y la crisis de precios y abastecimiento de los energéticos está tensando las cuerdas de las internas políticas. Los conflictos sociales en Francia y Alemania –por nombrar dos estados grandes– auguran cambios radicales en las conducciones políticas para los próximos años. En medio de la puja, las sanciones contra Moscú no estarían dando el resultado esperado, afectando más a los países pobres que a la propia Federación de Rusia.

Inflación, reducción de la demanda de alimentos, bienes y servicios y aumento en las tasas de interés están generando un malestar sin presidentes en el continente que, según los expertos, los problemas se agravan porque “los bancos centrales están encarando mal el problema de la inflación”.

Una ola de protestas contra las sanciones antirrusas en muchas ciudades europeas –que poco se muestra en los medios occidentales–, encendió las luces de alarma para los líderes europeos.  La opinión pública en Europa tiene peso y está exigiendo cambios en las conducciones y si se profundiza la crisis humanitaria y migratoria podrían cambiar las tendencias políticas.

Fuego amigo

Otra de las consecuencias directas del conflicto, es el proceso de desindustrialización que sufren varios de los países europeos, en particular Alemania, provocado por el aumento de los precios de la energía. El gas y la electricidad constituyen insumos relevantes para las industrias europeas, pero muchas de ellas debieron reducir su producción e incluso suspenderla.

“Nueve meses después de invadir Ucrania, Vladimir Putin está comenzando a fracturar Occidente”, admiten los funcionarios de Bruselas, indicando que podría  iniciarse un camino diferente al transitado hasta ahora en las relaciones de la UE con Rusia.

Los altos funcionarios europeos están furiosos con la administración de Joe Biden y ahora acusan a los estadounidenses de hacer una fortuna con la guerra, mientras que los países de la UE sufren las consecuencias del conflicto. La negativa de Washington a empujar al gobierno de Zelensky a la mesa de negociaciones se contrapone con la llegada de ayuda de defensa y armamento por montos siderales, lo que profundiza el el malestar en la dirigencia europea.

En medio de ese escenario los negocios no paran: los EE.UU. acaban de acordar con Polonia la venta de la primera central nuclear. Según declaraciones del primer ministro polaco Mateusz Morawiecki, con el objetivo de reducir el uso del abundante carbón doméstico, Polonia erigirá la primera central nuclear que será construida por Westinghouse Electric y costará alrededor de US$ 20.000 millones. 

Se trata de una planta AP1000, un reactor de agua a presión (PWR) de dos circuitos que utiliza un sistema de seguridad “simplificado, innovador y eficaz” según Westinghouse y tendría una potencia neta nominal de 1.110 megavatios. El acuerdo está anunciado y no firmado, por lo que el gobierno polaco puso a competir a Westinghouse con Korea Hydro Nuclear Power (KHNP), y también con la francesa Areva. Sin dudas tal decisión debió ser meditada por los altos estrategas de ambos países, por lo que podría concluirse que no se espera un conflicto armado en territorio polaco.

En Europa también se consigue

Para paliar los desequilibrios económicos y financieros, los países de la Unión Europea comenzaron a aplicar impuestos a las ganancias extraordinarias en el sector energético. Los impuestos sobre las petroleras, gasíferas y eléctricas, como el que lanzó el gobierno español con el que espera recaudar 10.000 millones de euros en dos años, dista mucho de ser algo extraordinario en el viejo continente: el Reino Unido, Italia, Grecia y Bélgica han anunciado figuras específicas para gravar las rentas extraordinarias.

Por su parte, Joe Biden anunció la sanción de una “Ley para la Reducción de la Inflación” que introduce subsidios a diferentes rubros de servicios y consumos: medicamentos recetados, costos de atención de la salud y a los costos de la energía.  Según informó la Casa Blanca la medida “Reducirá el déficit, pero tiene la dura tarea de pedir a los multimillonarios y a las grandes corporaciones que paguen lo que les corresponde”. Pero según Biden “nadie que gane menos de US$ 400.000 por año pagará un centavo más en impuestos”.

La ley otorga incentivos por más de 360.000 millones de dólares para empresas que usen energías limpias, principalmente en la industria automotriz. El objetivo principal es aumentar los saldos exportables de hidrocarburos y derivados, desplazando a Rusia como abastecedor.

El anuncio echó sal en la herida europea. El comisionado de Mercado Interno de la UE, Thierry Breton, consideró el plan de Joe Biden como una “amenaza existencial” para la economía europea, porque entienden que con la entrada en vigor de la norma anti-inflación, las empresas europeas podrían migrar sus operaciones al continente americano.

Países como Francia, incluso,  comenzaron a tener reuniones con los CEO de varias industrias con el fin de evitar que lleven sus inversiones a territorio estadounidense, como ocurrió el pasado 21 de noviembre cuando Emmanuel Macron tuvo una junta con los dirigentes de algunas empresas: Volvo, BMW, Ericsson y hasta AstraZeneca.

Aún cuando la ley no entró en vigor, varias empresas europeas estudian a EE.UU. como una opción y ya mostraron voluntad de aumentar sus inversiones en dicho país. Algunas de ellas son la española Iberdrola, la empresa sueca creadora de baterías Northvolt, y la alemana BASF, la cual ya anunció sus planes para reducir “permanentemente” algunas de sus operaciones en Europa.

Por su parte, el ministro de Economía de Alemania, Robert Habeck, impulsó junto a su homólogo francés, Bruno Le Maire, respuestas a este plan con un paquete industrial que contrarreste las medidas de EE.UU. y permita a Europa competir en igualdad de condiciones.

“Estamos realmente en una coyuntura histórica”, dijo Habeck, argumentando que el doble golpe de la interrupción del comercio de hidrocarburos con Rusia que provoca la disparada de los precios de la energía y el aumento de los subsidios estadounidenses podrían poner a la opinión pública en contra de todos los esfuerzos realizados y también en contra de la alianza transatlántica. 

“Estados Unidos debe darse cuenta que la opinión pública está cambiando en muchos países de la UE”. Pero el Consejo de Seguridad Nacional de EE.UU.  reiteró últimamente su posición de que la crisis recae únicamente sobre los hombros de Putin, mientras que Washington simplemente presenta el aumento de la entrega de gas natural licuado de EE.UU. a Europa como una satisfacción de la necesidad de “diversificarse lejos de Rusia”.

Backyard

La necesidad tiene cara de hereje dice el dicho, por lo que la Administración Biden piensa que el crudo venezolano  podría llegar rápidamente a las refinerías de EE.UU.

A pesar de que las intenciones de Biden son una buena noticia para Nicolás Maduro, hay un par de escollos que resolver: el control de los activos venezolanos en EE.UU. --la empresa CITGO que posee varias refinerías, una red de depósitos y una extensísima cadena de estaciones de servicio-- que el gobierno de EE.UU. puso en en manos de la oposición política comandada por Juan Guaidó. Para avanzar en las conversaciones, Washington envió un mensaje disciplinador a la oposición liderada por el “presidente a cargo” de gobierno con el objetivo de distender las relaciones con el gobierno chavista y así reducir gradualmente las sanciones impuestas a Maduro. Como primer paso, el Departamento del Tesoro de EE.UU anunció que su Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC)  otorgó una licencia que autoriza a la petrolera Chevron Corporation a reanudar operaciones limitadas de extracción de petróleo en Venezuela. “Esta acción refleja la política de larga data de los Estados Unidos de proporcionar un alivio de sanciones específicas basado en medidas concretas que alivien el sufrimiento del pueblo venezolano y apoyen la restauración de la democracia”, señaló el Tesoro en un comunicado. La producción petrolera venezolana cayó en pocos años de casi tres millones de barriles a un poco menos de setecientos mil.

El otro fondo

La deuda externa Argentina con el FMI le impide llevar a adelante políticas que permitan el avance y desarrollo social. Neutralizar el peso de un programa de pagos externos inconsistente y exorbitante será el verdadero desafío político, para este gobierno y para cualquiera que venga. La alta inflación, la falta de crédito internacional y la injerencia del organismo, impiden definiciones políticas destinadas a mejorar la situación general, en particular a direccionar créditos a sectores productivos. 

Se impone, claro está, un nuevo acuerdo de refinanciación con el Fondo que contenga plazos, montos y tasas compatibles con un proyecto en el que la restricción de divisas causada por el endeudamiento permita aflojar la soga.

Cabe recordar que, para alcanzar un entendimiento con el FMI, el Gobierno se comprometió con una reducción de los subsidios energéticos durante 2022. La misma significaba una baja porcentual equivalente al 0,6% del PBI (unos US$ 3.000 millones), cifra importante teniendo en cuenta que los subsidios totales implican 2,8% del PBI. La condición fue duramente criticada en la interna del Frente de Todos, que incluso provocó algunas renuncias.

En 2021, el Poder Ejecutivo había destinado más de US$ 11.000 millones  para subsidios en gas y la electricidad. Pero el conflicto entre ucranianos y rusos dislocó los presupuestos y desbarató los planes de la mitad de los países del orbe. No obstante y a pesar de los pronósticos agoreros lanzados al comienzo del conflicto, las erogaciones por subsidios a la energía eléctrica y al gas natural reflejaron una fuerte disminución en términos reales en octubre. 

Los planes de segmentación tarifaria lanzado en agosto, una iniciativa que comenzó a reflejarse en el mes de octubre, dejarían fuera de los beneficios tarifarios a más de cuatro millones de hogares. La quita de subsidios en el costo de la electricidad fue planteada en tres tramos: ya se aplicó un 20% en octubre, se recortará otro 40% en diciembre y el último 40% correrá desde febrero. 

En su oportunidad, el anuncio fue acompañado por otros: Un crédito de la Corporación Andina de Fomento (CAF) por US$750 millones, desembolsos por US$1.200 millones por parte de organismos internacionales a partir de programas vigentes y el anticipo de liquidaciones por exportaciones por productores agropecuarios por hasta US$ 5.000 millones y un swap con China que trajo un poco de alivio a las gabelas federales. Las tarifas de luz fueron ajustadas en marzo y tras su asunción en Economía, Massa, avanzó con el programa de quita de subsidios, mucho más amplia de lo que se había planeado originalmente lo que fue motivo de rispideces internas en el FdT. Sin embargo y a pesar de que el ministro le puso un freno a la emisión monetaria la inflación sigue firme, aunque con leves señales de desaceleración.

Además la Secretaría de Energía hará una audiencia pública el 6 de diciembre con el objetivo de evaluar el traslado del precio del gas a las tarifas (pass trough). El anuncio se realizó a través de la resolución 771/22 y se suma a la convocatoria a audiencia para el 23 de enero que realizó el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) previo a los ajustes de los márgenes de las distribuidoras Edenor y Edesur.

Subsidios

Según el 4CE, Instituto de la Economía por el Clima --una asociación parisina de expertos en economía y finanzas cuya misión es avanzar en la acción contra el cambio climático--, todos los países del G20 reciben subsidios a la explotación hidrocarburífera.

Según el FMI a nivel mundial, los subsidios a los combustibles fósiles fueron de US$ 5,9 billones o el 6,8 % del PIB en 2020 y se espera que aumenten al 7,4 % del PIB hacia 2025 a medida que la proporción del consumo de combustible en los mercados emergentes (donde las diferencias de precios son generalmente mayores) continúa aumentando. Solo el 8 % del subsidio de 2020 refleja el cobro por debajo de los costos de suministro (subsidios explícitos) y el 92 por ciento por el cobro por debajo de los costos ambientales y los impuestos al consumo no percibidos (subsidios implícitos). Cabe señalar que estos datos fueron elaborados antes del comienzo del conflicto.

Rusia gasta US$ 22.812, Estados Unidos US$ 20.491, Australia US$ 5.032, Brasil US$ 4.949, China US$ 3.375 (el caso de china es singular), Países Bajos (Holanda) US$ 2.791, Canadá US$ 2.738, la Argentina US$ 2.192, México US$ 1.350, Italia US$ 1.205, Reino Unido US$ 1.144, Japón US$ 736, Turquía US$ 625, Corea US$ 217, Francia (125), India (103)  y Sudáfrica (20).

Por su parte, los datos del inventario de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE, 2021) muestran un aumento del 20% en los subsidios a los combustibles fósiles en las economías del G20 que llega hasta los US$ 190 mil millones para 2021 en comparación con USD 147 mil millones en 2020.  La OCDE también estimó los subsidios en US$ 246 mil millones en 42 países de la organización, para el período comprendido entre octubre de 2021 y diciembre de 2022. Todo indicaría que a raíz del conflicto, esa cifra podría aumentar hasta niveles siderales, aunque será muy difícil conocerla en profundidad.

Obviando las reglas del mercado, la Agencia Internacional de Energía (AIE) instó a los gobiernos a usar precios bajos de combustible para eliminar los combustibles fósiles subsidios al consumo.

Exportaciones

Según informaron desde la Secretaría de Energía que dirige Flavia Royón, en breve el Poder Ejecutivo enviará al Congreso dos proyectos relevantes: una ley de GNL y otro proyecto sobre hidrógeno, que contemplaría sus diferentes orígenes (verde, gris y azul) para ser debatidos por el Poder Legislativo, ambos con perspectiva exportadora.

Las iniciativas apuntan a dar “seguridad y previsibilidad jurídica” para las inversiones, accesibilidad al mercado de divisas para sostenimiento del flujo de la actividad, y un esquema tributario y fiscal siempre que se garantice un piso mínimo de inversiones.  El proyecto de ley tiene como objetivo estimular las inversiones multimillonarias necesarias para explotar las enormes reservas de GNL de Argentina, ya que las sanciones a Rusia vienen impulsando la demanda mundial. YPF ha mostrado interés en construir plantas para licuar gas de Vaca Muerta. Según el Ministro Sergio Massa, espera que el Congreso trate el proyecto de ley de GNL en las próximas sesiones ampliadas o extraordinarias. 

Hay en ciernes también una decisión en ciernes y es la de aumentar el corte de diésel con 20% de origen bío.

Massa señaló también que su ministerio calcula que el año próximo, las cuentas tendrán un impacto positivo de alrededor de US$ 25.000 millones, por el ahorro total de unos US$ 12.000 millones (2022) y exportaciones que sumaríasn US$ 13.000 millones. En esa ecuación se incluyen las cargas de metano licuefaccionado que se reducirán de  descenderán de 41 a 10 o 12 en 2023, dependiendo del clima.

Producción

En materia hidrocarburífera, la Argentina viene creciendo a paso firme. 

El aumento de la producción de gas y petróleo conjugando la construcción del Gasoducto Nestor Kirchner (tramos I y II) auguran un panorama alentador con una potencial reducción de las importaciones de GNL en 2024. Cabe aclarar que el invierno próximo aun deberá importarse una buena cantidad. La producción de petróleo no convencional logró un nuevo récord de 258.2560 bb/d, lo que representa el 43% de la producción total que alcanzó los 602.500 bb/d

La cifra marca un aumento del 12,9%, continuando en el sendero creciente que verifica desde fines de 2020. La variación mensual se explica por el aumento de la producción de shale, que registró un récord de 41.060 m3/d, ubicándose 5,6% por encima del registro de agosto’22 y aumentando 48,4% en la comparación interanual.  De esta manera, el shale oil pasó a representar el 43% de la producción total de crudo local superando en 10 puntos porcentuales el guarismo verificado en septiembre’21. La producción de tight oil verificó una leve variación mensual producción total. Frente a septiembre’21 se contrajo 1,3%. Por su parte, el crudo convencional, redujo un 1,1% su producción respecto a agosto de este año y continua en leve declive con 338.203 bb/d. Adicionalmente es preciso señalar que el gobierno trabaja en la transformación de la matriz energética incorporando planes sectoriales, como el transporte carretero y ferroviario impulsando la sustitución del gasoil importado, sucio y caro por gas natural, con el objetivo de reducir aún más la cuenta de subsidios.


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