La UTE Represas Patagonia, a cargo de la construcción de las centrales hidroeléctricas Cóndor Cliff y La Barrancosa para el aprovechamiento energético del Río Santa Cruz, informó la presentación de una “propuesta técnica de ajuste al diseño” de ingeniería de Cóndor Cliff como consecuencia de deslizamientos que registra el terreno en el que se está trabajando. Admitió que tal propuesta “contempla la reubicación de obras” y afirmó que “los cambios a implementar se realizarán dentro del mismo monto de la financiación de los bancos chinos aprobado a la fecha”.
La propuesta del consorcio contratista Gezhouba-Electroingeniería- Hidrocuyo, se indicó, “está en etapa de definición para avanzar con el diseño ejecutivo y diseño de detalle de las obras”, lo cual implica el análisis técnico conjunto con un panel de ingenieros expertos internacionales en este tipo de emprendimientos e ingenieros designados por el gobierno, a través de IEASA en su carácter de comitente.
Represas Patagonia explicó que “producto de las condiciones geológicas del terreno, con el avance de las excavaciones, se detectó la existencia de una zona conformada por un material de baja resistencia, con potencial riesgo de deslizamiento, por el bajo ángulo de fricción interna y cohesión nula, que impone la necesidad de revisión del diseño, para reubicar las estructuras de hormigón para el desvío del río, y el vertedero de Cóndor Cliff.
Acerca del costo que implicarán los cambios en estudio la UTE señaló que “el financiamiento estipulado es suficiente para la ejecución de la obra con las modificación resultante de las condiciones geológicas encontradas”.
La contratista y la propia IEASA formularon –por separado- sendos comunicados procurando aclarar la situación generada en la zona de obras ante la publicación de versiones que indicaban las fallas en el terreno y un costo adicional de U$ 250 millones para avanzar con las modificaciones necesarias, que incluso ya habría sido autorizado.
La UTE puntualizó que “no existieron errores de construcción, ni derrumbes, ni grandes deslizamientos” y que “la metodología de excavación aplicada permitió conocer con precisión, las características de los materiales, denominado en geotecnia, método observacional”.
Los trabajos en proceso a la fecha corresponden a la etapa de movimiento de tierras y construcción del talud, es decir que aún no se encaró el hormigonado de la presa.
Por su parte, IEASA detalló las instancias de modificación técnica y contractual que atravesó el proyecto adjudicado por el gobierno de Cristina Fernandez, señalando que significó una reducción del monto original “de aproximadamente 2 mil millones de dólares para el Estado Nacional”.
El contrato recibido en diciembre 2015 para la construcción de las represas no contaba con proyecto ejecutivo desarrollado, tenía once turbogrupos, de los cuales tres en exceso (430 MW) para generar la misma energía anual (5200 GWh), no disponía de la línea de salida de alta tensión de180 km en 500 KV, y no cumplía con la legislación nacional ambiental”, refirió IEASA (Ex ENARSA).
“Una vez resueltas estas falencias y aprobado el plan, en febrero 2018 pudieron iniciarse las obras que a la fecha, luego de 20 meses de trabajo tienen un avance global del 16 por ciento”, se indicó.
La empresa estatal puntualizó que “desde octubre de 2018 y en el entorno de las obras que se realizan para la construcción de la represa Cóndor Cliff se detectaron deslizamientos de suelo en las márgenes del río Santa Cruz (el más relevante en febrero de 2019)” y que en consecuencia “se solicitó a la UTE contratista la solución de ingeniería correspondiente en consulta con un panel de expertos internacionales”, lo cual ocurre desde ésa fecha.
IEASA detalló que “el contrato prevé la contratación por parte de la UTE de expertos internacionales en obras similares en materias de geología y seguridad de presas, que son convocados cuando se considera necesario. Está compuesto por profesionales que provienen de Suiza, Brasil, Argentina, España, Francia, Colombia, Alemania y Suecia, y con motivo de los deslizamientos ocurridos este panel ha sido consultado desde febrero de 2019”
Al respecto, IEASA indicó que “hasta el momento y para mitigar el impacto ambiental de los deslizamientos, garantizar la seguridad general de las obras en marcha, de las personas y el funcionamiento futuro de la central, se han autorizado tareas menores de relleno (construcción de refuerzos, contrafuertes y puntales) que representan un monto de 5 millones de dólares y que no implica necesariamente un traslado directo al costo final de la obra”.
“ No se han autorizado nuevos movimientos de suelo ni otras obras adicionales, a la espera que la empresa contratista presente una nueva ingeniería que contemple las particularidades geológicas del terreno”, agregó IEASA para luego precisar que “tal propuesta deberá ser objeto de aprobación a través de una adenda contractual que incluirá la asignación de responsabilidades según corresponda entre comitente y contratista”.
Por otra parte, tanto la UTE como IEASA coincidieron en señalar que en la obra de La Barrancosa no se han verificado inconvenientes geológicos y los trabajos continúan de acuerdo al proyecto ejecutivo.