Por Santiago Magrone
La Cámara que nuclea a las empresas de exploración y producción de hidrocarburos CEPH advirtió al gobierno de Neuquén y al Nacional que “la suspensión total de operaciones en esa provincia, además de poner en riesgo el abastecimiento corriente de gas natural en la República Argentina, también plantea serios inconvenientes para garantizar el abastecimiento de gas y petróleo durante los meses de invierno, a la vez que impide a las empresas cumplir con los compromisos de actividad asumidos, entre otros, en el marco del Plan de Promoción de la Producción del Gas Natural Argentino – Esquema de Oferta y Demanda 2020-2024”.
A pocas semanas de la previsible llegada de los primeros fríos del año en buena parte del país, la situación en la industria petrolera resulta complicada, y contraria a las expectativas favorables que generaron en los gobiernos de las provincias petroleras y en el gobierno nacional la puesta en marcha operaciones para recuperar en los próximos meses niveles de producción pre-pandemia, tanto en yacimientos convencionales como en los no convencionales de crudo y gas natural.
El tema estuvo en la consideración de una suerte de comité o mesa de trabajo coordinada por la Secretaría de Energía de la Nación, que mantuvo una primera reunión para el seguimiento de todo lo referido a la producción (oferta) y demanda de gas durante el próximo invierno.
Se trata de garantizar el abasto de este insumo para el consumo residencial, industrial, y de las usinas generadoras de electricidad. Por ello, participan CAMMESA, IEASA y el ENARGAS. También las compañías transportadoras (TGN y TGS).
La “Segunda Ola” de la pandemia del Covid 19 está en pleno desarrollo afectando gravemente a la población de todas las edades mientras el gobierno nacional y los provinciales realizan planes de vacunación masiva, a medida que van llegando las partidas diversas, procurando contrarrestar el avance de la enfermedad y sus efectos.
Esto, en un contexto de la economía que ya venía en franco deterioro desde 2018, y que desde los últimos meses de 2020 mostró signos de una paulatina recuperación. No obstante, las secuelas de pobreza resultan dramáticas.
Es por ello que desde el gobierno se procura coordinar la esencial preservación sanitaria de la población, con la importancia de al menos sostener niveles actividad productiva, protocolos mediante. El resultado es diverso, pero se evalúa que este intento resulta satisfactorio en buena parte de las industrias.
Mientras tanto, “pasan cosas” social y políticamente desajustadas en la atención de prioridades, y un reclamo salarial y laboral en Neuquén (corazón de Vaca Muerta) por parte de trabajadores del sector Salud termina en cortes de rutas por parte de “autoconvocados “.
La combinación de propuestas económicas insuficientes para este sector, con la muy cuestionable decisión de aumentos para legisladores y funcionarios en una provincia que dice no disponer de ingresos suficientes, resultó en un cóctel intragable.
Con este escenario de fondo desde hace un par de semanas, la producción de hidrocarburos en Neuquén se afectó al punto de la paulatina parálisis.
Desde la Cámara de Exploración y Producción de Hidrocarburos (CEPH) se remitió al gobierno neuquino, con copia al gobierno nacional, “la preocupación de nuestros asociados por los hechos que se han venido desarrollando desde el miércoles 7 de abril y que afectan los accesos a los principales yacimientos de explotación de gas y petróleo crudo en la provincia e impiden la continuidad de las operaciones hidrocarburíferas en los mismos”.
La CEPH describió los lugares de bloqueos, citando entre otros, la ruta 22 a la altura de Zapala, la ruta 237 a la altura de Piedra del Águila, las rutas 7 y 51 a la altura de Añelo, la 17 en La Calera y Picún Leufú, la ruta 7 en San Patricio Chañar, la 51 en la intersección con el Dique Ballester y la ruta 40 en Chos Malal.
“Como consecuencia de los cortes totales en las rutas indicadas, una gran cantidad de operaciones en yacimientos hidrocarburíferos se han visto afectadas en su normal desarrollo”.
En particular, se impide el traslado de personal propio de las empresas y también de sus contratistas y de los equipos para la realización de los trabajos habituales y necesarios para garantizar la continuidad de la explotación de los yacimientos, ya sea a través de las tareas de operación de pozos, plantas e infraestructura, así como para el mantenimiento, actividades de perforación, terminación y reparación (workover) de pozos, construcción de plantas, y actividades de transporte de hidrocarburos, describió la CEPH.
Y advierte que “todo ello con el consiguiente impacto en la producción de gas y petróleo en condiciones de seguridad y salubridad para nuestro personal y nuestros activos en la provincia”.
La CEPH advirtió que “además de afectar el normal desarrollo de las operaciones hidrocarburíferas en Neuquén, estas medidas de fuerza generan elevados costos que implicarán el lento retorno a las actividades, los tiempos de espera de equipos, así como también incumplimientos contractuales que afectan a toda la cadena de valor, incluyendo a las empresas locales”, señaló.
La entidad empresaria remarcó que ”esta situación de interrupción de las actividades hidrocarburíferas ocurre en un contexto de plena utilización de la escasa capacidad existente para las actividades tendientes a la fractura de nuevos pozos de hidrocarburos que requieren fracturas masivas y otras actividades relacionadas. Todo ello afectará, sin dudas, los niveles esperados de producción de petróleo crudo y gas natural, debido a la imposibilidad para muchas empresas de dar continuidad a determinados servicios cuyas exiguas ventanas de disponibilidad operativas han sido interrumpidas por los hechos denunciados”.
Con esta notificación la CEPH dio aviso a los gobiernos acerca de los impedimentos respecto del desarrollo normal de las actividades inmediatas previstas en el marco del Plan Gas Ar.
El tema está en la consideración del gobierno neuquino y del nacional, y de hecho también hubo contactos entre el gobernador Omar Gutierrez y la Casa Rosada.
Pero a última hora de la tarde vino a sumarse a este delicado asunto la decisión de los gremios petroleros de todo el país de activar un paro de 24 horas “ante la falta de propuestas por parte del sector empresario para recomponer los salarios 2020”.
Se indicó que la decisión obedece al fracaso de varias reuniones en las cuales las partes no pudieron ponerse de acuerdo con un porcentaje adicional al 15 % aplicado el año pasado. La pretensión sindical ronda el 30%, en un contexto en el cual también aspiran a una franca recuperación del empleo en el sector.