El mercado argentino de hidrocarburos se encuentra sometido al impacto de la pandemia, con efecto fuertemente depresivo en los precios internacionales de los energéticos, y a la dinámica propia de la cuarentena local, que ha sido exitosa, pero que por esta misma razón ya aparece como excesiva.
Todo esto envuelto en la amenaza de un default que nadie desea. Y con nuestro país inmerso en un proceso inflacionario que tomará impulso una vez la cuarentena se flexibilice, y sin una moneda que sirva como reserva de valor.
Bajo tales circunstancias el esfuerzo hecho para alcanzar el equilibrio en la balanza energética se verá seriamente amenazado, y entonces la posibilidad de “echar en saco roto” todo lo hecho es real.
La depresión de la demanda le quita mucha eficiencia a la implementación de un Barril Criollo en esta etapa de la cuarentena. Deben ser otros los caminos para solucionar los problemas de caja de las provincias, mientras que empresas y trabajadores soportan este proceso como pueden.
Una vez terminado el aislamiento, la velocidad de recuperación de la demanda estará influida por la situación post- negociación de la deuda externa y la profundidad y duración de la caída de aquella.
Esperar una recuperación plena de la demanda antes de la finalización del invierno parece muy optimista. Pero la recuperación de la actividad deberá darse para antes de fin de año, si no queremos perder lo trabajosamente conquistado. “Reponer la declinación” llevará su tiempo.
Por lo tanto, los acuerdos necesarios para devolver el vigor a la industria deberán estar sobre la mesa en la etapa de recuperación de la demanda. Sin olvidarnos del precio del gas natural, que es el proveedor del 50% de toda nuestra demanda de energía.
Es probable que en el invierno de 2021 necesitemos importar más productos energéticos, aunque pienso que podremos hacerlo con precios internacionales relativamente bajos.
Pero en el 2022 tendremos serios problemas si no tomamos “el toro por las astas” y ponemos rápido a la industria a trabajar. También es buen momento para pensar el futuro, y empezar a construirlo. Justo cuando el mundo está destruyendo oferta de hidrocarburos a pasos agigantados .