Coinciden Mirazón y Borges en que la abundancia de recursos obsequiada por Dios al país, fue acompañada por una población que todo lo complica y sintetiza Ortega y Gasset: “Argentinos, a las cosas”
Ezequiel Mirazon *
Hay una historia de Jorge Luis Borges que define claramente lo que es Argentina. Cuando Dios va creando cada uno de los países, les va dando sus dones. A Chile, su gran cordillera, el mar, poetas y vino; a Perú, una raza indígena superior y minerales; a Costa Rica, paz y paisajes selváticos de gran belleza. Al llegar el momento de Argentina, Dios decidió que será un país enorme, con cuatro climas, una música que lo identifique, con deportistas brillantes, cordillera, una pampa inmensa, escritores y mujeres hermosas.
Y Dios seguía multiplicando y agregando dones al país, hasta que el resto comenzó a quejarse, a lo que Dios les respondió: “esperen que ponga dentro a los argentinos”(1)
Esta simple historia tiene muchos puntos en común con Vaca Muerta. Contamos con un recurso más que envidiable por el resto de los países: 16 billones de barriles de petróleo y 308 trillones de pies cúbicos de gas, nuestro consumo de 150 y 85 años respectivamente. Pero, tenemos a los argentinos para desarrollarlo y explotarlo. Un buen desarrollo de Vaca Muerta podría incrementar el PBI entre 2 y 3% por año, generar inversiones por más de US$ 80 billones y darnos el tan deseado autoabastecimiento más la posibilidad de exportaciones. Pero, por el momento, carecemos de un plan estratégico global como país.
¿Por qué necesitamos un plan de largo plazo? Porque la inversión que se necesita es muy grande y las petroleras que pueden invertir en Argentina también analizan proyectos de igual o mejor rentabilidad en otros países, más estables y con reglas más claras.
¿Qué hacemos entonces? Un plan estratégico como país que incluya todas las necesidades que hay para que estas inversiones se desarrollen y que también contemple qué hacer con los efectos y consecuencias que tenga Vaca Muerta en otras industrias y regiones.
¿Qué debería contener el plan?
Previsibilidad. Esto incluye no solo dar estabilidad fiscal a nivel nacional y provincial (la creación del impuesto al dióxido de carbono no es un buen ejemplo), sino también dar un camino claro de hacia dónde se quiere ir. Hoy, por ejemplo, no es clara cuál será la política energética de los próximos años y cómo convivirán los recursos gasíferos de Vaca Muerta con las energías renovables que serán un 20% por ley a partir del 2025. Se deben construir vías férreas, ductos y caminos, mejorar la conectividad tecnológica y aeroportuaria para lograr más eficiencia.
Incentivos
Si las tasas de retorno no son atractivas (es decir, mayores a las de otros países con más estabilidad y menos riesgo), las inversiones no vendrán. Por lo tanto, es clave que se fijen incentivos en precios y/o fiscales.
Es fundamental que el Gobierno dialogue y entienda las necesidades de las empresas para que los incentivos sean eficientes para el país y útiles para las empresas.
Desarrollo de capital humano y proveedores
Así como las industrias basadas en conocimiento lanzaron el plan “111 mil” para capacitar personas en todo el país, en la industria petrolera debería hacerse un plan similar que contemple, no solo la capacitación de las personas que trabajarán en Vaca Muerta sino también de las pymes que brindan apoyo y servicios, lo cual permitirá una mayor eficiencia en el desarrollo y explotación.
Financiación
Las grandes empresas que están desarrollando Vaca Muerta tienen acceso al Mercado de Capitales global. Sin embargo, las pymes que brindan apoyo y servicios necesitan contar con capital de trabajo a tasas razonables para poder ser competitivas, bajar costos y generar más eficiencia. El plan debería contemplar líneas blandas o garantías dadas por el gobierno, ya sea nacional o provincial.
Desarrollo de otras regiones petroleras
Si el desarrollo se da como debería, Vaca Muerta absorberá gran parte de las inversiones petroleras en el país. Es probable que otras cuencas o regiones vean reducciones de inversiones y producción, con la consecuente reducción de empleos y de ingresos para las provincias. Los Gobiernos tienen que establecer planes para generar nuevas matrices económicas en estos lugares y capacitar a las personas para que puedan adaptarse a nuevos escenarios.
Este plan va más allá del Ministerio de Energía y Minería o del de Infraestructura, debería ser un plan estratégico global trabajando en forma conjunta con las provincias, los sindicatos, los ministerios y con profesionales que tengan experiencias y conocimientos en estos temas a nivel mundial. ¿Y si esto no ocurre?
No se generarán mayores empleos, no habrá mega inversiones y no tendremos autoabastecimiento. Vaca Muerta seguirá siendo siempre un gran yacimiento de hidrocarburos no convencional subexplotado por los argentinos, esas personas, según Borges, que Dios puso en el país para compensar todas las bondades que nos había dado. Tenemos la gran oportunidad de cambiar esta historia. Esperemos estar a la altura de las circunstancias y poder cambiar el final de la anécdota de nuestro gran escritor.
(1) La Argentinidad según Jorge Luis Borges “Borges para principiantes” de Carlos Polimeni y Verónica Abdala
* Socio de la consultora PwC (Price Waterhouse Coopers)