Internet consumirá tanta energía como la de Reino Unido hacia 2035
Expertos e investigadores británicos advierten que en veinte años la demanda de internet se elevará hasta tal punto que supondrá un gasto casi inabarcable, por lo que proponen incluso establecer reglas de racionamiento
¿Tiene internet un final? ¿Cuánta energía consume internet? En dos décadas, el consumo de energía de internet será tan elevado que supondrá -si las tasas de uso continúan en los índices actuales- toda la energía consumida en el Reino Unido.
Según han advertido expertos de la sociedad científica británica Royal Society, el Reino Unido podría verse obligado a introducir una especie de racionamiento de internet al prever un consumo de la energía que alimenta todo el país a consecuencia del rápido crecimiento del tráfico de información enviado a los millones de ordenadores, teléfonos inteligentes y tabletas de la sociedad.
La advertencia, de la que se hace eco medios como «The Daily Mail» e «Independent», adelanta que, pese a que en la actualidad ingenieros y compañías proveedoras de internet han mantenido la demanda del servicio, el aumento de esta se ha acelerado en la última década hasta en cincuenta veces.
Las compañías proveedoras de internet -sugieren los expertos- podrían añadir nueva redes de conexión, aunque advierten que eso podría traducirse en facturas más elevadas para los consumidores. Hace solo diez años, la conexión de banda ancha de internet ofrecía velocidades de 2 megabits por segundo, mientras que actualmente la demanda se ha incrementado hasta tal punto que la velocidad de descarga llega incluso a cien Mb por segundo.
«Estamos empezando a llegar al punto en el laboratorio de investigación en el que no podemos conseguir más datos con una única fibra óptica», asegura al «Daily Mail» el profesor Andrew Ellis, de la Universidad de Aston en Birmingham.
Además, aseguran los expertos, en el caso de Reino Unido se podría «llenar» la red de fibra óptica a consecuencia de la alta demanda de los videoclubs online que han generado una presión sin precedentes sobre la infraestructura de comunicaciones. Ya en 2011 investigadores de la Universidad de California y Berkely advertían que servidores, routers y equipos de redes absorbían gran cantidad de energía, llegando a consumir hasta un 2% de toda la energía utilizada a nivel global. Otro estudio de la Universidad de Stanford, presentado en 2013, aseguraba que el uso de electricidad procedente del consumo de internet suponía alrededor de 10% del consumo total.
Internet de las cosas ahorrará energía
Sin embargo, empresas especializadas en redes ya han comenzado a experimentar sobre otro tipo de infraesctructuras. Nokia o Huawei han invertido millones en la red 5G, que ampliará las velocidades. Desde la Universidad Dresden se aseguraba en enero que la próxima generación de tecnología inalámbrica podría ser tan rápida que, en veinte años, será tan rápido a las velocidades del sistema neuronal humano, lo que podría permitir a las personas interactuar entre lugares muy distantes del mundo en tiempo real de una manera muy realista. Ahí es donde también están experimentando los fabricantes de tecnología con los cascos de realidad virtual (Oculus VR, Sony, Samsung, Microsoft) que podrían inaugurar una nueva forma de comunicación basada en la «telepresencia».
A nivel tecnológico, nos encontramos en el comienzo de la llamada era del «Internet de las cosas», como ya han bautizado empresas del sector. Precisamente, Google, que junto con Facebook han comenzado a investigar en sendas iniciativas para llevar internet gratuito a todos los rincones de internet, ha vaticinado que los dispositivos conectados «ahorrarán energía» en el futuro.
Así, según recoge la revista especializada «Wired», los datos que viajan desde y hacia todos estos aparatos inteligentes (termostatos, cámaras, coches, móviles) deberá fluir a través de los centros de datos masivos operados por empresas como Google, Apple y Facebook. La preocupación es que la alimentación de todo este hardware adicional requerirá cantidades exponencialmente más grandes de consumo de electricidad, por no mencionar todo el dinero y el espacio dedicado a el propio hardware.
Sin embargo, Urs Hölzle, vicepresidente de infraestructura de Google, cree que esto no supondrá un problema. «Si controlas las luces, el calor y la refrigeración de una manera más inteligente, eso es muy importante», explicó. «Incluso los coches autónomos -dice- nos empujarán hacia un consumo de energía más bajo», ya que a su juicio, habrá un menor número de coches por carretera, menor número de estacionamientos y se reducirá la congestión de tráfico.
Frente a esos vaticinios, la batería presentada recientemente por Tesla puede ser el camino de una revolución energética capaz de administrar mejor los recursos al permitir almacenar la electricidad y amenazar con «cambiar la energía en el mundo». Se trata de Tesla Powerwall, es un elegante dispositivo de uso doméstico capaz de almacenar la electricidad suministrada por paneles solares instalados en el tejado de una vivienda o por cualquier otra fuente de energía renovable.