PETRÓLEO & GAS

El alza del precio internacional del crudo mejora las perspectivas 

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El crudo Brent orilló en abril los US$ 75 por barril e impulsa las inversiones petroleras, que en este 2018 crecerían al menos un 20% y sumarían unos US$ 8000 millones en todo el país.

Los últimos datos que actualizó el Ministerio de Energía ilustran a la perfección la tendencia: en marzo, la producción de petróleo dejó de caer por primera vez en casi tres años. Fue por un incremento de 0,3% interanual hasta los 2,4 millones de metros cúbicos, el primer aumento en la gestión de Mauricio Macri.

El factor más relevante es la suba del precio del crudo a nivel mundial. En julio del año pasado, el Brent rondaba los US$ 45 por barril, mientras que nueve meses después araña los US$ 75. Un salto de 66% que repercute en las cuentas empresariales.

“Sin duda que ayuda”, analizó un importante ejecutivo de una de las principales petroleras del país. Las finanzas de esa empresa respiran por el viento de cola que trajo el mundo en este sector.

Sin ir más lejos, el ABC del sector enseña la diferencia entre recursos y reservas. Con mejores precios, cada vez más recursos se convierten en “técnicamente recuperables” para pasar a ser reservas -y, eventualmente, en un mercado de competencia perfecta, volver a hundir el precio-.

YPF anotó en 2016 pérdidas por $ 28.379 millones en su resultado neto después de tener que devaluar algunos activos, en un año en que el barril llegó a tocar los US$ 25 en el mercado de Texas, Estados Unidos.

Con la liberación del mercado pautada por el presidente Mauricio Macri y el ministro de Energía, Juan José Aranguren, los precios al público minorista de las naftas y el gasoil se incrementaron al menos un 30% en seis meses, más que el doble de la inflación registrada en este período.

Como la demanda respondió bien y las ventas siguen en ascenso (el boom de los combustibles premium todavía no se desinfló), las petroleras entienden que hay margen para recuperar spread que primero el kirchnerismo y luego el mercado mundial no dejaron acumular en Argentina.

Mientras el petróleo volaba en las arenas internacionales, con precios por encima de los US$ 100 por barril, en el mercado local se impusieron las retenciones, que deprimieron los valores por debajo de US$ 80. Así, en los 12 años kirchneristas la producción bajó un 18%.

Con la llegada de un gobierno market-friendly, como el de Mauricio Macri, en apenas dos años se extrajo un 10% menos y se volvió a niveles similares a 1991 e incluso de 1979.

Ni siquiera funcionó la fórmula del barril criollo cuando la fórmula se dio vuelta: petróleo barato y en abundancia en el mundo, escaso y caro en Argentina, con precios artificialmente por encima del resto.

El cuidado de los puestos de trabajo no fue suficiente como razón, además de que se destruyeron más de 7000 en dos años por la crisis internacional. Es conocida la posición de algunos analistas sobre el ahora extinto barril criollo.

El ex secretario de Energía, Jorge Lapeña, fustigó desde el Instituto Argentino de la Energía (IAE) General Mosconi que ese “subsidio” fue un fracaso, dado que la transferencia de recursos no implicó mejores resultados.

Por su parte, Emilio Apud, también ex secretario, analizó que “los mejores precios animarán a invertir”.

En ese sentido va el último informe de la consultora KPMG, que pronostica precios estables en torno a los US$ 70 por barril. Tiempo atrás, el Banco Mundial preveía ese valor a US$ 60.

“En lo referido a los precios locales, la evolución ha seguido dos premisas importantes. Por un lado, e independientemente de las medidas artificiales implementadas para sostenerlos, el comportamiento de los precios externos resulta decisivo en la determinación de la tendencia que deben seguir los precios del gas y el petróleo puertas adentro.

Por el otro, la búsqueda constante del país por volver a producir hidrocarburos a niveles que permitan liberarlo de la dependencia de las importaciones de gas y energía eléctrica de los últimos años, saneando su cuenta comercial energética y devolviéndolo paulatinamente al autoabastecimiento, lo han llevado al diseño de políticas de fomento a la inversión, más aún luego del descubrimiento de cuantiosos yacimientos de hidrocarburos no convencionales, principalmente en la formación de Vaca Muerta en la provincia de Neuquén.

En este sentido, el gobierno sigue redoblando esfuerzos para mejorar el desempeño de la industria hidrocarburífera, principalmente en el tramo de upstream que es donde se necesita la mayor cantidad de inversiones.

La tendencia reciente de los precios internacionales colocó en estado expectante a los proyectos de exploración y explotación más relevantes del sector en suelo argentino, principalmente los del no convencionales en la cuenca Neuquina; donde el desembolso de las cuantiosas inversiones necesarias para su desarrollo se vieron retrasadas en respuesta al desplome de los precios del gas y el petróleo, y la consecuente imposibilidad financiera de llevarlos adelante.

Es por esta razón que, desde 2015, una de las medidas llevadas adelante por el gobierno argentino para remediar, han consistido en apuntalar el esquema de precios locales, básicamente mediante el subsidio al precio que recibe el productor, con el objetivo de liberar al mercado local de los vaivenes observados en los mercados externos y contrarrestar los efectos perjudiciales para la industria, retener inversiones y revertir la tendencia negativa en la producción.

Es así que desde entonces los precios medios locales han seguido un comportamiento diferencial respecto a sus pares internacionales, principalmente en 2015 y 2016, para luego tender a la convergencia en 2017.

Durante este breve lapso, el caso más claro o evidente ha sido el del crudo que, durante ese período, estuvo entre US$ 15 y US$ 17 por encima del precio internacional, para terminar convergiendo en 2017, en conjunto a la liberación del precio local a los combustibles, en alrededor de US$/bbl 53.

Si bien esta medida produjo algunos resultados deseables que permitieron reactivar la actividad en el sector de hidrocarburos, principalmente en lo referido a la exploración y extracción de recursos no convencionales, el objetivo es comenzar a eliminar las asimetrías que generaron estas políticas para poder volver de manera gradual a un esquema basado en precios de mercado (el internacional), fomentando así una mayor transparencia y confianza en el inversor”, destacó KPMG.

Después de ganar las elecciones legislativas y horas después de que las hidrocarburíferas ajustaran los precios de los combustibles, Macri calculó que los incrementos serían circunstanciales, que el precio mundial volvería a bajar y, así, ayudar a la lucha contra la inflación conteniendo los valores locales de las naftas. El empalme con el mundo dejó la sensación de que Argentina había llegado tarde al baile.


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