La llamativa demora que registran las autoridades de la Entidad Binacional de Yacyretá (EBY) en la adjudicación de los contratos licitados para las obras del proyecto Aña Cua dispararon una serie de presiones y acciones de lobby de los grupos oferentes que apuntan a “redireccionar” las decisiones finales de un paquete de negocios que ronda los 300 millones de dólares.
Tras haber transcurrido varios meses de los actos de apertura de ofertas, la EBY aún tiene bajo análisis y pendiente de resolución tres procesos licitatorios clave del aprovechamiento hidroeléctrico de Aña Cua.
Uno de ellos es el correspondiente a los “servicios de ingeniería y asistencia técnica a la gerencia del proyecto Aña Cua”. En este caso la pelea quedó planteada entre las siguientes consultoras: Interchnne Consultores con una oferta de 9.530.326 dólares; Technoproyect que cotizó 9.986.019 dólares y AF Consult Switzerland LTD cuya oferta trepó a 18.365.366 dólares.
En segundo lugar aparece el llamado para el suministro de turbinas y equipos generadores donde se presentaron dos ofertas: la del grupo alemán Voith Hydro de 99,6 millones de dólares y la del consorcio IMPSA (Pescarmona) y Power China de 116,3 millones de dólares.
Y en tercer lugar se encuentra la licitación más significativa por las sumas en juego que es la referida a la ejecución de las obras civiles donde compiten cinco grupos empresarios.
La oferta más baja fue la del consorcio ATE Aña Cua integrado por las firmas Astaldi (Italia), Rovella (Argentina) y Tecnoedil (Paraguay) que cotizó las obras 193,2 millones de dólares.
Luego se ubicaron el grupo Cartellone, Malucelli y Talavera Ortellado con una oferta de 225 millones de dólares y la UTE Impregilo-Chediack con 240 millones de dólares. Y cerraron la lista con las dos ofertas más elevadas SACDE-Power China (275 millones de dólares) y el grupo Techint-Roggio-Panedile con una cotización de 319 millones de dólares.
En el caso de las turbinas y equipos generadores, la licitación ya había arrancado con polémica por la decisión de la EBY de descalificar al grupo chino Gezhouba—que actualmente lidera el consorcio que lleva adelante las obras de las represas santacruceñas--por no “superar los requerimientos técnico”.
Según los funcionarios de EBY, Gezhouba también había incurrido en una situación de “incompatibilidad y conflicto de intereses” al llevar como consultora a la empresa canadiense Stantec MWH, la cual ha participado como asesora de la entidad binacional en la elaboración de parte de proyecto y en los pliegos licitatorios.
Luego de conocerse los montos de las ofertas, los representantes y voceros de Pescarmona salieron a reclamar que al momento de evaluar las propuestas se tenga en cuenta que la suya contiene un alto porcentaje de trabajo local y costos en pesos, lo cual hace que al tomar el tipo de cambio actual que supera los 45 pesos, la oferta final en dólares sea más baja y hasta menor que la de su competidora alemana.
En tanto, por el lado de las obras civiles, los cuatro grupos cuyas ofertas superaron los 200 millones de dólares coincidieron en atacar la propuesta más baja de Astaldi-Rovella-Tecnoedil haciendo foco en el alto nivel de endeudamiento y supuestos problemas de financiamiento que jaquean a la empresa italiana.
Aunque el “relato oficial” de la EBY se orientó a destacar el sorpresivo y conveniente valor de la oferta de Astaldi, lo cierto es que las autoridades de Yacyretá también quedaron en “off side” al haber fijado un presupuesto de referencia de 360 millones de dólares que resultó sumamente elevado y llamativo.
Junto con los planteos de las empresas competidoras, en las últimas semanas los funcionarios argentinos de la EBY habrían recibido varias “sugerencias” de hombres cercanos al presidente Mauricio Macri para anular la licitación y realizar una nueva para las obras civiles.
Y en el caso del equipamiento electromecánico, las señales que habrían bajado de la Casa Rosada se alinean con el planteo de Pescarmona para que buena parte de la fabricación de las turbinas quede dentro del país con el fin de poder amortiguar aunque sea mínimamente los efectos de la recesión y el fuerte ajuste presupuestario comprometido con el FMI que ha paralizado las inversiones en obras públicas.
Planificada en la década del 80, la ampliación de Yacyretá con las obras del “brazo” de Aña Cua permitirán aumentar en casi un 10% la generación de energía eléctrica del emprendimiento binacional. La incorporación de tres nuevas turbinas tipo Kaplan implicará un incremento en la potencia instalada de Yacyretá de 276 MW.
Más allá del lobby privado y las presiones tendientes a influir en las decisiones finales de Aña Cua, hay un dato atípico y negativo que salpica por igual a las compañías locales que componen los consorcios oferentes.
Todas las empresas aparecen involucradas en la causa de los “cuadernos de las coimas” y los principales ejecutivos se encuentran procesados o en la mira de la Justicia por haber pagado coimas y sobornos a funcionarios durante las gestiones kirchneristas.
Antonio Rossi
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