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CECHA informó parcial recuperación de ventas de combustibles en junio

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Según datos difundidos por la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos y Afines (CECHA), el expendio de naftas y gasoils se recuperó entre abril y junio pero sigue casi  30 por ciento por debajo de los niveles previos a la pandemia (y cuarentena) del COVID-19.  En total, se indicó, el sector lleva acumuladas pérdidas de ingresos por 25.264 millones de pesos a nivel país.

Durante la presentación de un informe encargado por la entidad a la Consultora Economic Trends,  el presidente de CECHA , Gabriel Bornoroni, explicó que “el expendio de combustibles de a poco comienza a mostrar signos de recuperación, aunque todavía está lejos de volver a valores de venta normales”.  La entidad nuclea a 4.800 estaciones de servicio que emplean a 65 mil personas.

El relevamiento describe que tras el derrumbe de ventas de marzo y parte de abril, entre mayo y junio, las ventas aumentaron 36,2 por ciento, marcando el segundo mes consecutivo de crecimiento, aunque la película completa muestra que los volúmenes siguen un 28,3 por ciento por debajo de los de febrero, el último mes antes de la llegada del COVID-19 al país. El trabajo toma datos de la Secretaría de Energía de la Nación.

La situación del gasoil se presenta más estable gracias a la cosecha del campo y en el transporte de cargas, actividades que no se interrumpieron totalmente durante estos meses. En junio se vendieron 653.403 metros cúbicos, una recuperación del 17,1 por ciento respecto a los 557.857 m3 comercializados en abril. Para poner en perspectiva,  se indicó que el volumen comercializado en febrero fue de 775.588 m3, lo que marca una caída del 15,8 por ciento entre estos meses.

En junio, las naftas representaron apenas el 38.7 por ciento de los combustibles comercializados, cuando en cualquier mes normal se reparten 50 y 50 con el gasoil, se refirió.

“Tener números y trazar estadísticas nos permite disponer de los datos concretos para después ir a sentarnos en las mesas de diálogo con el resto de los actores, sean gobierno, distribuidoras o petroleras, y reclamar las medidas que entendemos que son necesarias para mantener a flote al sector”, sostuvo Bornoroni.

Al respecto, remarcó que “la mayoría de los estacioneros son PyMEs. Muchos de ellos han pedido créditos, se están consumiendo los ahorros de su bolsillo para pagar los sueldos. Si bien desde que arrancó esta situación seguimos operando por ser considerados esenciales, a diferencia de otros rubros también esenciales nuestras ventas se desplomaron”, detalló Bornoroni, quien reconoció la importancia que ha significado el apoyo del Estado mediante los ATP para preservar la actividad y el empleo.

Acerca de esto último, el directivo empresario consideró necesario seguir contando con dicho aporte gubernamental.

En una evaluación de los datos de cada provincia, el AMBA sigue mostrándose como la zona más afectada, en consonancia con la intensidad de la pandemia en la región. Entre febrero y junio, las ventas de combustibles en la Ciudad de Buenos Aires cayeron 50.2 por ciento, mientras que en la provincia de Buenos Aires se ubica en 32.4%. En Córdoba, la caída fue de 15.8% y en Santa Fe de 21%.

El relevamiento indica que si se observa el cuadro de datos sobre lo que ocurrió entre junio y mayo, quedan reflejados los cambios de fase de aislamiento que en cada región se presentó.  En Ciudad de Buenos Aires, por ejemplo, el aumento en las ventas fue del 20 por ciento, en Córdoba del 13% y en Tierra del Fuego del 65%.  Jujuy, que debió retroceder de fase por el aumento de casos, tuvo una caída del 5,1 %.

“Nosotros seguimos trabajando para las más de 65.000 familias que viven del sector. Seguimos cuidándolos y nos sentimos muy orgullosos del rol indispensable que llevamos adelante”, puntualizó Bornoroni.

El directivo sostuvo que “si hacemos las cosas bien en materia sanitaria, para el mercado minorista del expendio de combustibles en gran parte del país lo peor del impacto de la pandemia parece haber pasado”.

 De todos modos, queda mucho por recuperar todavía, en un contexto de evolución heterogénea en distintas zonas del país, se explicó.

 La caída de volúmenes en el canal minorista de combustibles fue inédita:  47.4 % entre febrero (último mes previo a la irrupción del Covid-19 en Argentina) y abril (primer mes completo de impacto de la pandemia), con mayor caída en naftas (67.4%) que en gasoil (28.1%), reflejo seguramente de una mayor caída en la movilidad de las personas, más asociada al consumo de naftas, que en la movilidad vinculada a la producción y la logística, más asociada al consumo de gasoil.

Las caídas en volúmenes ocasionadas por el Covid-19 se produjeron en todos los combustibles, con mayor caída en combustibles premium, patrón que se replica en prácticamente todas las provincias.

Durante mayo y junio, todas estas tendencias se revirtieron, aunque parcialmente, sin recuperarse la situación previa al Covid-19.

Durante junio se incrementó el volumen total (9.8% con relación a mayo), el incremento fue mayor en naftas (19.7%) que en gasoil (4.0%), y mayor en combustibles premium (27.7% de aumento en gasoil grado 3, frente a 2.4 % de caída en gasoil grado 2;  y 24.1 % de aumento en nafta premium frente a 18.4 % en super).

La facturación aumentó 10.4%, recuperándose $ 5,881.9 millones de facturación total que, junto con la recuperación de mayo, totalizan un 40.2% de la facturación perdida por el Covid-19 ($ 42,311.6 millones).

 Con esta recuperación parcial, los volúmenes terminaron en mayo muy por debajo del nivel de febrero (gasoil  -15.8%;  naftas  -41.3%; total -28.3%).


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