Opinión

Una oportunidad en medio de la crisis energética

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Por Fabián Rocco

El mundo nos pone frente a una oportunidad única, la demanda de energía y los recursos argentinos nos abren múltiples caminos de posibilidades ante los inversores internacionales. Sin embargo, mientras vivimos expresando el potencial, dejamos de lado las oportunidades concretas que nos pondrían en los primeros lugares de un mercado de inagotable demanda.

En términos energéticos, tenemos la capacidad productiva paara dar respuesta a las demandas del mundo, sin embargo no podemos cubrir nuestras propias necesidades debido a la falta de reglamentación, regulación e inversión. Recientemente el embajador de Estados Unidos, Marc Stanley, destacó esta particularidad del suelo argentino, si bien se refirió a las capacidades de Vaca Muerta, remarcó algo que parece básico, pero que sin embargo en ocasiones queda a mitad de camino y es que: los facilitadores de políticas necesitan incentivar las inversiones. 

Asimismo, en un contexto de cambio climático, donde los gases de efecto invernadero convierten en una olla a presión a la superficie terrestre, nos vemos obligados a repensar los consumos y generar proyectos que nos permitan un crecimiento sostenido consciente. 

Es así como se superponen conflictos en simultáneo, la demanda de energía para sostener la economía y el desarrollo social por un lado, y la crisis climática producto de la contaminación que genera el crecimiento económico, por el otro. Mientras la guerra entre Rusia y Ucrania pone en crisis la dependencia energética del mundo. 

Es innegable que la acción del ser humano sobre la tierra genera alteraciones que modifican al medioambiente. Sin embargo, existen otro tipo de recursos disponibles que permiten acompañar las demandas energéticas con fuentes sustentables y de menor impacto para el entorno en el que vivimos. 

El hidrógeno verde resulta una alternativa superadora a los combustibles fósiles, por sus características puede combustionar con oxígeno generando vapor de agua como residuo, en vez de gases de efecto invernadero. Permite dar respuesta a los requerimientos energéticos de los sectores productivos, en franco acuerdo con los compromisos asumidos en la COP 21 con el Acuerdo de París.

Desarrollo productivo y sostenible no son dos términos antagónicos, sino que pueden ser parte del mismo concepto en materia energética. Y nuestro país tiene los recursos necesarios para contener la demanda y avanzar hacia el podio de los principales países exportadores. 

Hoy la Patagonia ya se encuentra en la búsqueda de inversores que permitan impulsar el potencial de la riqueza argentina, delegaciones de Alemania, Australia, Canadá, Corea del Sur y Japón han recorrido medio país desarrollando informes de pre-factibilidad que permitan planificar una inversión rentable a partir de la producción de hidrógeno. 

Sin embargo, aún existen limitaciones que no están vinculadas a déficits de recursos materiales, científicos o técnicos, sino que están asociadas a decisiones políticas. Desde hace 16 años que contamos con la Ley 23.123, de Promoción de Hidrógeno, pero que aún no está reglamentada, impidiendo el desarrollo de este mercado que además de generar energía, permitiría superar el déficit económico que nuestro país atraviesa. El hidrógeno se presenta así como otra gran oportunidad para reposicionar a la Argentina en un lugar favorable ante un contexto adverso.

Así como el embajador estadounidense debeló el potencial energético local, también evidenció el talón de Aquiles que se asienta como un grillete para el crecimiento económico. De nada sirve tener las cualidades y los recursos si no somos capaces de poner en valor los recursos con los que contamos. 

*Director Ejecutivo del Centro de Desarrollo y Asistencia Tecnológica (CEDyAT)


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