Opinión

Siete objetivos para una política de Estado

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Por Asunción Arias * y Gerardo Manhard **

El mundo está viviendo una nueva revolución, originada, entre otras causas, por el cambio climático como amenaza global. Son tantos los aspectos que componen y dan forma y contenido a esta revolución que nombrarla o caracterizarla implica una denominación tan extensa como sus componentes: revolución industrial, tecnológica, del conocimiento, energética, ecológica, ambiental, etc. Los actores públicos y privados mundiales tienen una gran responsabilidad en este momento histórico y es hacer de este proceso global, regional, nacional y local una oportunidad para el desarrollo integral de los estados y de todas las personas y comunidades. Los estados, en sus distintos niveles, impulsando y aplicando Políticas de Estado con altos grados de inclusión y desarrollo social y humano, y los particulares, en especial las empresas, haciendo las inversiones requeridas para dar concreción a este proceso. Toda revolución tiene que tener como centro y meta al ser humano y sus comunidades. 

Es un cambio de paradigma sin precedentes y uno de los ejes y componentes fundamentales es el energético, dada su correlación con el cambio climático y la desigualdad social. Nunca antes en la historia de estos procesos estuvieron tan interrelacionados los aspectos sociales, económicos, políticos, ambientales, ecológicos, tecnológicos, etc. con el eje energético. Tanto es así que desde el lado de la energía este proceso ha recibido el nombre de Transición Energética. 

La Transición Energética suele ser definida de un modo reduccionista como el conjunto de cambios en los modelos de producción, distribución y consumo de la energía para evitar las emisiones de gases de efecto invernadero. Por nuestra parte creemos que esa es solo la base y el punto de partida de un proceso que implica un cambio estructural en el eje energético y que tiene las condiciones propias para que la Transición Energética sea al mismo tiempo un proceso y un objetivo en sí mismo y, como dijimos, impulsando a los actores públicos y privados a participar con sus políticas y acciones públicas y privadas en el desarrollo de este proceso tan convocante. 

En este contexto, la Secretaría de Energía de Argentina ha picado en punta en relación a desarrollar y aplicar una Política de Estado en materia de Transición Energética a través de la Resolución 1036/2021 que aprobó el documento “Lineamientos para un Plan de Transición Energética al 2030”. 

Estos lineamientos son una verdadera Política de Estado y fijan seis objetivos de modo que el proceso redunde en una matriz energética inclusiva, dinámica, estable, federal, soberana y ambientalmente sostenible.

Transcurrido un tiempo de dicho documento, nos proponemos hacer una revisión de las líneas de acción propuestas señalando para cada una el objetivo de Política Energética y el compromiso de acción requerida a nivel de los estados y/o los particulares: 

• Eficiencia energética. Objetivo de Política Energética: reducción al 2030 a través del uso racional de la energía de hasta un 8,5% en el consumo de electricidad y gas y adoptar tecnologías para la reducción del gas metano, contribuyente al cambio climático. Compromiso de acción: por parte de los Estados Nacional y Provinciales, promover, desarrollar y aplicar los marcos regulatorios necesarios; y, por parte de los particulares, participación comprometida de los consumidores de todos y cada uno de los segmentos.

• Energía limpia en emisiones de gases de efecto invernadero. Objetivo de Política Energética: que la potencia instalada en generación eléctrica supere el 55% de generación de fuentes bajas en emisiones. Compromiso de acción: será clave el sector privado impulsando inversiones en fuentes bajas en emisiones, tanto renovables como  centrales a gas que desplacen la generación con líquidos.

• Gasificación. Objetivo de Política Energética: fomentar el consumo de gas que reemplace a los consumos con combustibles líquidos. Compromiso de acción: profundizar la política energética de desarrollo de Vaca Muerta por el lado de los Estados Nacional y Provincial, concluir en tiempo y forma el Gasoducto NK, y que el sector privado continue los procesos de inversión con los altos niveles de productividad que se van alcanzando.  Agregamos aquí como relevante el desarrollo del offshore con cumplimiento de los aspectos ambientales correspondientes. Gasificación para los mercados internos y externos, para que Argentina sea un actor clave en el nuevo contexto internacional. 

• Desarrollo de capacidades tecnológicas nacionales. Objetivo de Política Energética: promoción de los desarrollos científicos, tecnológicos y productivos. Compromiso de acción: por parte de los Estados Nacional y Provinciales, generar políticas apropiadas para el desarrollo y financiación; y, por parte de los particulares, participar activamente en este proceso y animarse a emprender.

• Resiliencia del sistema energético. Objetivo de Política Energética: garantizar una infraestructura capaz de enfrentar eventos climáticos extremos, tanto en las zonas urbanas como rurales. Compromiso de acción: ampliación de la red eléctrica y promoción de la generación distribuida. En este punto es clave avanzar con las obras del sistema de transmisión eléctrica prioritarias en extra alta tensión y las del denominado Plan Federal III. En este sentido, ha sido un paso muy importante el anuncio del avance de la obra denominada Alipiba II, ya que esta obra actuará como punta de lanza de la continuidad de las siguientes.

• Federalización del desarrollo energético. Objetivo de Política Energética: participación activa de las provincias en el desarrollo y concreción de los lineamientos para la transición, tanto en la fase de desarrollo como en la de concreción de los proyectos. Compromiso de acción: que los Estados Nacional y Provinciales generen las condiciones locales y provinciales para que el sector privado llegue con sus inversiones y desarrollos; y, asimismo, que las Provincias desarrollen y ofrezcan la infraestructura que propicie estas inversiones. Para dicha federalización del desarrollo energético resulta fundamental el planeamiento energético a nivel de cada Provincia e incluso por regiones, privilegiando y promoviendo el desarrollo federal y según las necesidades locales y regionales. 

• Estrategia nacional para el desarrollo del hidrógeno. Objetivo de Política Energética: el hidrógeno como nuevo vector energético usando principalmente el gas natural como materia prima y, en segundo lugar, otras fuentes renovables. Entonces aparece el gas como vector de esta Transición Energética. Compromiso de acción: inversión privada en estos desarrollos y acompañamiento de los Estados Nacional y Provinciales con los marcos regulatorios necesarios, con el desarrollo de la infraestructura, y con el diseño de políticas de fomento y promoción de la inversión en estos segmentos.

Respecto de la oferta de energía eléctrica, los Lineamientos establecen que la expansión del sistema eléctrico deberá realizarse sobre la base de tecnologías bajas en emisiones de carbono. Se plantean dos posibles escenarios para alcanzar en el 2030: el primero REN 20 que alcanza un 20% de generación renovable e implica mayores requerimientos de petróleo y gas natural (supone incorporar alrededor de 8.500 MW de nueva potencia instalada), el segundo REN 30 alcanzaría el 30% de participación de energía renovable teniendo mayor requerimiento de gas natural y menores requerimientos de petróleo (implica incorporar unos 11.800 MW).

Podemos observar que, dadas las inversiones necesarias para el cumplimiento de las metas planteadas, no solo el medio ambiente y el clima se beneficiarán de la Transición Energética, sino toda la economía. 

Especialmente se reducirá la dependencia de las importaciones de combustibles líquidos y gas natural, sustituyéndose paulatinamente por la creación de valor nacional en el área de las energías renovables. Además, se abrirán nuevas posibilidades de exportación y de creación de puestos de trabajo.

En este contexto, la Transición Energética en Argentina es la aliada principal del desarrollo de Vaca Muerta y de las energías renovables, y del avance de la energía eléctrica para satisfacer las necesidades de abastecimiento. De este modo, y tal como los Lineamientos intentan promover, la Transición Energética en Argentina es una nueva oportunidad para el desarrollo sustentable que nos convoca y nos impulsa a una respuesta activa y comprometida. 

* Consultora Senior de Dreicon y Presidenta de Enersus.
** Socio y Director de Dreicon.

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