Japón ha empezado a comprar crudo ruso por encima del tope de los 60 dólares por barril (dispuesto como sanción a Rusia) como una excepción autorizada por Estados Unidos.
Japón depende de las importaciones para cubrir gran parte de sus necesidades energéticas, por tanto se le concedió el permiso pero hasta septiembre próximo. Y en los dos primeros meses de este año, Japón compró alrededor de 748.000 barriles de crudo ruso por aproximadamente 70 dólares el barril.
Algunos analistas creen que esta dependencia ha influido en las dudas de Japón a la hora de respaldar plenamente a Ucrania frente a Rusia. Hasta la fecha, Japón es el único miembro del G-7 que no ha suministrado armas letales a Ucrania.
A pesar de la concesión, las exportaciones rusas de gas natural a Japón son relativamente pequeñas, representando alrededor de una décima parte del suministro de Japón y una fracción de la producción de Rusia, informa el Wall Street Journal. La mayor parte de lo que Rusia exporta a Japón procede del proyecto Sajalín-2, en el Lejano Oriente ruso.
Los países del G7 y Australia acordaron limitar a 60 dólares el precio del barril de crudo ruso transportado por mar para reducir los ingresos de Rusia por la venta de petróleo y evitar al mismo tiempo una subida de los precios mundiales del crudo.
El tope de precios permite a los países no pertenecientes a la UE seguir importando crudo ruso, pero prohíbe a las compañías navieras, aseguradoras y reaseguradoras manipular cargamentos de crudo ruso en todo el mundo, a menos que se venda a un precio inferior al tope de precios.
Rusia ha señalado que no venderá su petróleo a quienes pretendan aplicar la sanción de precio límite dispuesta por EE.UU. y la U.E.