El ministerio de Hacienda dispuso un aumento que ronda el 3 por ciento, desde el 1 de agosto, para los precios de compra del bioetanol que las compañías petroleras deben incorporar como corte a sus naftas en una proporción de mezcla del 12 por ciento.
La decisión (Disposición 149/2019) ocurrió en el contexto de un acuerdo tácito con las refinadoras-comercializadoras de no modificar los precios finales de los combustibles líquidos hasta después de las elecciones PASO, previstas para el 11 de este mes.
En este mismo orden, el gobierno nacional argumentó la necesidad de “morigerar” los efectos de estos ajustes en el nivel de los precios al consumidor para decretar esta semana que la segunda parte de la suba del Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) que debía aplicarse en agosto, se postergue hasta setiembre.
Así las cosas, los precios de los combustibles ya tienen un aumento implícito cuyo porcentaje final se conocerá cuando las petroleras le agreguen los componentes de costos referidos a la variación internacional del crudo (Brent) tomado como referencia, y la variación del dólar en relación al peso, preservando su margen de rentabilidad.
Pero esto no ocurrirá en las próximas semanas, aún cuando las petroleras deberán ingresar ya al fisco los nuevos montos impositivos, y pagar los nuevos precios de los biocombustibles a los productores.
“Para los hechos imponibles que se perfeccionen entre el 1 y el 31 de agosto de 2019, ambas fechas inclusive, los montos del impuesto que correspondan al 31 de julio de 2019 se incrementarán en 0,310 pesos por litro para las naftas y solventes, y en 0,191 pesos para los gasoils y kerosene”, indicó el decreto 531/2019.
En lo que respecta a los biocombustibles, la Subsecretaría de Hidrocarburos y Combustibles fijó en $ 25,663 por litro, el precio de adquisición del bioetanol elaborado a partir de caña de azúcar, y en $ 23,241 por litro, el precio del bioetanol elaborado a partir de maíz para su mezcla obligatoria con nafta (ley 26.093), el cual regirá para las ventas realizadas a partir del 1° de agosto de 2019 hasta la publicación de un nuevo precio que lo reemplace”.
Estas decisiones del gobierno ocurren además en el contexto de notable baja en las ventas de combustibles. En junio último el descenso superó el 5 por ciento interanual, con disminuciones que se notaron primero en las naftas y gasoils premium, pero que también se sienten en el resto de la gama.