Opinión

2022, un año de alta complejidad en el mercado energético mundial

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Por Guillermo Nielsen *

El año 2022 ha sido pródigo en cuestiones que han afectado al mercado internacional de energía, que vale la pena reseñar aquí para tratar de identificar las fuerzas que pueden continuar influenciando las futuras formas del mercado afectando la capacidad exportadora de energía de nuestro país.

En una primer enumeración se destacan dos aspectos de importancia contradictoria. Por un lado la tendencia a la descarbonización de distintas actividades industriales e incluso agropecuarias, causal del deterioro global del downstream petrolero por la baja inversión en años anteriores.

Por otro lado, la invasión rusa a Ucrania y sus consecuencias comerciales, constituye el segundo lugar en esta enumeración por su impacto geopolítico que llevó a varios reagrupamientos cuyas consecuencias han sido una fragmentación sin precedentes del mercado energético mundial.

La prédica en favor de la descarbonización, que es sin duda necesaria por el cambio climático, tiene el problema de que está fundamentados en niveles de desconocimiento importantes sobre la relación entre la economía de la energía y la eliminación de la pobreza.

La descarbonización debería ser discutida con sensatez sin caer en posiciones extremas. Las conferencias internacionales sobre cambio climático conocidos como Cop 26 (Glasgow) y Cop 27 (Sharm el Sheik) son hitos en la discusión internacional sobre descarbonización.

Pero lo más preocupante para un país como la Argentina, que apenas ha desarrollado la infraestructura necesaria para la puesta en mercado del yacimiento de Vaca Muerta, es la Glasgow Financial Aliance for Net Zero (Gfanz), que apunta a limitar severamente los recursos del sector financiero al sector energético tradicional.

Gfanz es un paraguas de más de 550 instituciones financieras internacionales y de proveedores de servicios dispuestos a implementar el objetivo de financiación de proyectos con “emisión cero” para el año 2050, apartándose a la vez de la financiación de los proyectos energéticos tradicionales. Esta agrupación está coliderada por el Ex Presidente del Banco de Inglaterra Mark Carney, y el filantropista y empresario Michael Bloomberg.

La baja en las inversiones en la actualización del downstream petrolero en el mundo tiene que ver en buena medida con la decisión de la comunidad inversora de alejarse de las inversiones en el sector energético, cuando en realidad estas inversiones con el marco regulatorio adecuado podrían ser un factor constructivo en un sendero de descarbonización global, que como muestran los desarrollos de este año debe ser gradual, y sobre todo racional.

No se debería descartar realizar inversiones en refinerías de última generación, que son menos contaminantes, ya que muchos países no se encuentran en condiciona técnicas de realizar un recambio abrupto en el corto plazo de su parque automotor. Este sería un modo pragmático y eficiente de avanzar en la disminución de emisiones, contribuyendo con la transición energética y teniendo en cuenta los plazos prolongados que toma la inversión en infraestructura energética.

Se estima que las ventas de vehículos eléctricos (VE) van a aumentar em forma significativa a medida que los costos de construcción de los VE bajen, y que más modelos de VE lleguen al mercado. Se pronostica que las ventas de los VE van a crecer de 6,6 millones en 2021, a 35,7 millones en el 2030. Se espera que reemplazaran 4mb/d de gasolina y diesel de la demanda de combustibles al final de la década.

La invasión a Ucrania: El boicot a los productos energéticos rusos llevó al aumento del precio del petróleo y del gas causando que los EEUU realizasen un viraje importante en su política hacia medio oriente, y también hacia Venezuela. Rusia era el mayor exportador de fuel-oil y de combustibles pesados, y las sanciones han desplazado casi 3 mb/d de productos para los que no es fácil la reasignación de demanda. Además, las exportaciones de productos petroleros chinos bajaron un 30 % respecto de los niveles en 2019, porque el gobierno tomó la decisión de darle prioridad a su mercado interno.

La posición estadounidense de los últimos meses se formó a partir de la creencia inicial que suponía que las condiciones de turbulencia en el mercado petrolero mundial podrían afectar los resultados de las elecciones de mitad de mandato en los EEUU, cosa que no ocurrió.

En efecto, el galón de gasolina a unos cinco dólares en el mercado americano, seguramente pudo tener algún impacto en los electores, pero antes que nada sirvió para reconsiderar dentro del gobierno americano la relación entre los EEUU y Arabia Saudita, y las gestiones presidenciales sirvieron para dejar en claro un nivel de independencia en la toma de decisiones de este último país que hubiese sido impensable años atrás.

Cuando Biden llegó a la reunión de los países del Golfo en la ciudad de Jeddah en junio de este año fue recibido por el Príncipe Regente Saudí Mohammed bin Salmán, a quien había criticado duramente en su campaña electoral.

Su presencia allí tuvo como objetivo solicitar que los países productores de petróleo aumentasen su producción de crudo para bajar los precios de la gasolina en el mercado
estadounidense. Este pedido no tuvo el resultado esperado. Por el contrario, en la reunión de OPEP+ que se llevó a cabo después, el 3 de Agosto, se decidió una reducción de la producción. La posición saudí fue reflejada en la declaración del Príncipe Faisal bin Farhan, Ministro de Relaciones exteriores del Reino, quien señaló: “Nosotros no vemos falta de crudo en el mercado; hay una falta de capacidad de refinación“.

Efectivamente, el International Energy Forum estima que la capacidad de refinado mundial declinó por primera vez en veinte años en el 2020, volviendo a disminuir en el 2021, por la disminución del margen de refino por la pandemia, y por la aceleración del cierre de refinerías motivadas por conversiones a biocombustibles. Un record de 3,8 millones de barriles diarios (mb/d) de capacidad de destilación cerraron entre el 2020 y mediados de este año.

Yendo a nuestros recursos, el contexto internacional antes descripto muestra que el plazo temporal con el que se miraba el desarrollo de Vaca Muerta hacia adelante unos quince años atrás, se ha acortado considerablemente.

La nueva situación de “alergia” al desarrollo de hidrocarburos en el mercado financiero internacional, ha de requerir una tarea de diplomacia financiera reforzada que permita conseguir los cuantiosos recursos que permitan la explotación plena de Vaca Muerta.

Ante todo, será necesario un nuevo marco regulatorio que tendrá que apuntar tanto a la atracción de una mayor inversión extranjera directa, como a la facilitación del endeudamiento internacional para los grupos nacionales que estén en condiciones de encarar actividades en Vaca Muerta. No es una tarea sencilla, pero es realizable aplicando inteligencia y conocimiento de los mercados, tanto financieros como de los energéticos.

* Economista, Embajador en Arabia Saudita. Ex presidente de YPF, ex Secretario de Finanzas 2002-2005


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