Banco Mundial advierte que el tope al petróleo ruso no es viable sin la participación de más países
Perspectiva de los mercados de materias primas, es un reciente informe del Banco Mundial que evalúa el alcance a las restricciones impuestas a Rusia impulsadas por los países del Grupo de los Siete y aprobadas por los 27 ministros de la Unión Europea.
El Banco Mundial prevé una contracción en los próximos meses mientras se mantienen restricciones adicionales a las exportaciones rusas del gas natural y petróleo, además de que el fenómeno se suma a la menor producción de petróleo decidida por la OPEP.
La entidad considera que el tope al precio del petróleo ruso propuesto por el G7 no funcionará sin la participación de más países.
El informe indica que el suministro mundial de crudo dependerá del alcance que tenga la interrupción de exportaciones desde Rusia, las decisiones de producción de la Organización de Países Exportadores de Petróleo Plus (OPEP+) y la respuesta de inversión de las compañías petroleras estadounidenses.
Asimismo, señala que la Agencia Internacional de Energía (AIE) espera que las exportaciones de ese recurso por parte del país eslavo disminuyan aproximadamente en 1,5 millones de barriles al día debido a las sanciones adicionales, aunque detalla que existe una "incertidumbre considerable" en torno a estos cálculos.
"El tope al precio del petróleo propuesto por el G7 podría afectar al flujo de crudo desde Rusia, pero es un mecanismo que no probado y necesitaría la participación de grandes economías de mercados emergentes y en desarrollo para lograr sus objetivos", reza el documento, que recuerda que Moscú ya ha advertido que no comerciará con los países que participen de dicha iniciativa.
En este sentido, el BM sostiene que, si bien es posible que se produzcan "trastornos significativos" en las exportaciones de Rusia a corto plazo, los participantes del mercado podrían encontrar formas de eludir las sanciones, tal y como ha ocurrido a menudo en escenarios parecidos.
Por otro lado, el informe alerta que la depreciación de las monedas en la mayoría de los países en desarrollo está provocando un incremento en los precios de los alimentos y los combustibles, hecho que podría profundizar las crisis alimentaria y energética que muchas de esas economías ya sufren.
También indica que la liberación en Estados Unidos de reservas estratégicas de crudo, agregó el Banco Mundial, debe concluir este 2022, pues de continuar arriesgará las existencias estratégicas hasta conducirlas a niveles muy bajos.
"Entre los niveles bajos de inventario, la capacidad de producción de respuesta limitada y los eventos geopolíticos actuales, el mercado petrolero es susceptible de picos de precios. La materialización de algunos de estos riesgos podría intensificar los desafíos asociados con la seguridad energética en muchos países", agrega el BM en su análisis, emitido este octubre.