Medioambiente

¿Quién es el patito feo del medioambiente?

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Recientemente se publicó una nota en el diario Infobae que lleva la firma de un periodista militante de la causa ambiental, donde se denuesta a las represas Cepernic y Kirchner con una base supuestamente científica y en defensa del criollo Macá tobiano.

Por Félix Grandet

Mediante una retórica discursiva muy apta para nuestro público, el periodista sostiene que “…las gigantescas represas no convoca al futuro sino que remite al pasado, a un tiempo propio de hace cincuenta años en que domesticar ríos con faraónicos embalses suponía progreso.” y sin hesitar afirma falsamente: “Los países más consumidores de energía, en vez de seguir apostando a esas “megaobras”, las desmantelan.” Más adelante, erigido en moderno Savonarola, declama: “Hablamos de las represas Cepernic y Kirchner, antes Cóndor Cliff y Barrancosa, objeto de denuncias y megalomanías, pero también portadoras de amenaza al ambiente.”

Hay varios asuntos que el ecoperiodista omite. En primer término, cabe recordar, que las represas Cóndor Cliff y La Barrancosa son proyectos de larga data, anteriores a los gobiernos de Macri, Fernández y Kirchner, elaborados por los ingenieros Agua y Energía. Estos proyectos son considerados por la intelligentia argentina como un tema de políticas públicas  y una cuestión de Estado.

Por otra parte, la ley 15.336 establece en su Artículo 5º que el orden de prioridad para el uso del agua será: la bebida y los usos domésticos de las poblaciones ribereñas, el riego y luego la producción de energía. Por tanto el agua, bien escaso en la Patagonia, dará lugar al desarrollo y población de ese territorio.

En segundo lugar, las grandes obras de ingeniería e infraestructura siguen adelante en todo el mundo y son prioridad para cualquier estado que se precie de tal.  Sólo que en U.E. y los estados del norte de América, los recursos hídricos están todos aprovechados, es decir, si no se construyen más represas en Europa y EE.UU. es porque no hay más recursos disponibles, mientras que en nuestro país, sólo tenemos aprovechado alrededor del 25% del potencial hídrico.

Es por ello -y el periodista no lo menciona- es que las grandes potencias ambientalistas apelan no ya al pasado reciente si no al paleozoico: el consumo de carbón aumenta día a día. Y como para muestra sobra un botón: Alemania, que supuestamente “desmanteló” ocho viejas centrales nucleares, aumenta cada año el consumo de carbón, y eso que no lo tiene a Trump de Presidente. El 87,4% de la energía generada  por el país puntero en materia tecnología “verde” es de origen fósil, carbón, gas y petróleo (además de nuclear) y sólo un 12,6 % es solar y eólica. En la Argentina, no se genera energía eléctrica con carbón. ¿Cuál es el beneficio de realizar un enorme sacrificio importando molinos si nuestra matriz es mucho más limpia que en países limpios?

La “amenaza” ambiental

Indiscutiblemente las energías alternativas, constituyen un buen complemento del sistema, pero presentan dificultades intrínecas: nos suministran energía intermitente a capricho del céfiro, por eso son alternativas y tiene su lugar pero no son capaces de abastecer en forma continua y segura a nuestra población. ¿Qué haremos entonces cuando el viento no sople?

Las centrales hidroeléctricas producen menos gases de efecto invernadero que los molinos eólicos, además de reducir la demanda de combustibles fósiles. Por ejemplo, si pretendiésemos alimentar al sistema exclusivamente con energía eólica o solar, deberíamos duplicar la potencia instalada por lo que habrá que ver si los ciudadanos están dispuestos a afrontar los mayores precios. ¿Saben acaso los ciudadanos de la enorme cantidad de hidrocarburos que se evitará quemar con las represas? Hidrocarburos que no tenemos y que requeriremos si no lo sustituimos con la hidroelectricidad que proveerán las represas.

Costos reales 

Quien desacredita a las represas hidroeléctricas desconoce que la energía eólica y solar no constituye energía gestionable y que, por lo tanto, los usuarios pagarán mucho más por esa energía. La energía eólica resulta un 80% más cara que la de un ciclo combinado a gas, cuyo valor es bien conocido: entre 5 y 7,5 dólares el millón de BTU.

El costo dela energía eléctrica mayorista ronda los 60 dólares el megawatt/hora. La cifra podría elevarse por sobre los 100 dólares para la eólica si se tuviesen en cuenta los beneficios fiscales y costos de despacho y las variaciones en los precios previstas en los contratos de Cammesa.

Además las eólicas proveen muy poca mano de obra y mantenimiento, como máximo un 30% de los ingresos, mientras que una hidráulica produce miles de puestos de trabajo durante muchos años. En las térmicas ese número llega a ser mayor al 80%, es decir que los gastos y costos operativos quedan en nuestro mercado. En las eólicas el viento es nuestro, pero el dinero se va volando del país, porque sólo el 10% del capital que se invierte en renovables es de origen nacional.

El patito lindo

Mucho se ha discutido sobre el Estudio de Impacto Ambiental (EIA) de las susodichas represas. El EIA realizado por EBISA, aborda los aspectos conocidos de la biología y distribución de las distintas especies, en particular la del Macá Tobiano. El mentado pato y sus poblaciones fue objeto de monitoreo desde el 2008 hasta el 2017 por parte de los especialistas en la materia.

¿Sabe la gente que el Macá tobiano hoy está en vías de extinción? ¿Saben y ocultan los ecologistas que la principal amenaza del mentado pato son las especies invasoras y exóticas -trucha arcoíris y el visón- siendo ésta la principal causa de declinación poblacional de las últimas dos décadas?

Todos los ecosistemas originarios de la Argentina han sido trastocados. Especies foráneas, como los Castores, el Ciervo Colorado,  Jabalíes -portadores de aftosa y triquinosis- liebre europea, visones, ciervo dama, wapitis, salmones y truchas, estos depredadores han desplazado y extinguido a muchas otras especies criollas. Los ecologistas fundamentalistas están embarcados en una lógica de hierro que no les permite reconocer errores y les impide comunicar la verdad y es que el embalse de las represas pueda ayudar a frenar la extinción del patito criollo al modificar el ambiente de sus repentinos depredadores.

Los estudios fueron hechos por científicos argentinos muy comprometidos con su país. Esos que nunca son convocados por la prensa para hablar del medioambiente real. Los estudios sobre el  macá tobiano y su ambiente, fueron realizados por distintos especialistas: en Desarrollo Sostenible y Cambio Climático, Geomática e Ingeniería: Lic. Vivian Santoro; Lic. Dolores Carniglia; Lic. Mariana Rueda; Lic. Cristina Cevasco; Lic. Gustavo Curten; Lic. Florencia D. Diez Di Mauro; Ing. Daniel Perczyk; Lic. Patricia Gratti; Ing. Claudia Bermudez; Arq. Jorge Perez Paladino; Ing. Fernando Zárate; Ing. Marcelo Baylac; Ing. Agustín Poblet; Ing. Fiorella Di Lucente; e Ing. Luis Pedraza. Dicho equipo ha sido complementado con especialistas independientes en las materias de geología y geomorfología: Dr. Eduardo Malagnino; hidrodinámica y sedimentología, Dr. Ing. Rodolfo Aradas e Ing. Patricia Jaime; humedales, Dra. Patricia Kandus y Mag. Priscilla Minotti; ictiofauna, Dr. Claudio Baigún; avifauna, Dr. Ignacio Roesler y Dra. Laura Fasola; patrimonio arqueológico, Dra. Nora Franco; aspectos socio-económicos, Mag. Mario Palma Godoy; gestión ambiental, Lic. Fabián Palmada; Plan de Gestión Ambiental, Lic. Claudio Daniele y Gestión Institucional, Mag. Carlos Fulco.

La energía es indispensable para el desarrollo. Hoy nuestro país tiene 43 millones de almas pero esa cifra inexorablemente se triplicará. Debemos, realizar eficiencia energética, podemos y debemos mantener limpio el ambiente y producir realizando procesos adecuados y sustentables. Pero las posiciones extremistas sólo galvanizan una situación de dependencia tecnológica, económica y financiera.

El desarrollo de los recursos naturales es imprescindible para la supervivencia de la Argentina como estado, y el desafío consiste en  pensar en los argentinos del futuro cercano, por tanto en el desarrollo de nuestra sociedad y en el cuidado del ambiente. Por eso es preciso recordar que la desocupación, la pobreza y la falta de recursos constituyen el peor escenario en el desafío de lograr el desarrollo de modo sustentable. No adoptemos posiciones maniqueas: las alternativas son buenas, pero no pongamos el carro delante del caballo.

Las represas contribuyen a la reducción de la pobreza, al desarrollo tecnológico y al cuidado del medio ambiente. No nos confundamos y recordemos que el camino al infierno está empedrado con buenas intenciones.


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