ELECTRICIDAD

Los subsidios a la energía sumaron $ 342.000 millones en los últimos diez años

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La demora en la implementación de las RTI provocó un profundo deterioro en la situación patrimonial y financiera de las empresas

 

Los subsidios a la energía sumaron $ 342.000 millones en los últimos diez años

 

Los subsidios al consumo de electricidad y gas, a diferencia de los destinados al gas envasado en garrafas o cilindros, se concentran más en los deciles de ingreso medios-altos y altos

 

La actual configuración de los subsidios energéticos tiene su origen en las medidas adoptadas por el gobierno nacional tras la salida de la convertibilidad a finales de 2001. La Ley de Emergencia Económica N° 25.561, sancionada el 6 de Enero de 2002, dispuso pesificar las tarifas de los servicios públicos de gas y electricidad de su valor original en pesos convertibles a dólares a pesos a un tipo de cambio de $1 por cada dólar; se revocaron todas las disposiciones relativas a ajustes de precio y los mecanismos de indexación previstos en los contratos vigentes.

Las sucesivas prórrogas de la Ley 25561 y con ello el mantenimiento de la “anormalidad tarifaria” hasta el presente generó problemas de significativa magnitud al sector energético. En este marco el Estado nacional debió hacerse cargo de los mayores costos de los productos energéticos que fue necesario importar –fueloil y gasoil y gas para afrontar el crecimiento de la demanda interna, en un contexto en que la producción interna de gas natural y de petróleo se encontraban en disminución.

La combinación de ingresos parcialmente congelados (tarifas) y costos crecientes – materiales, personal, ampliaciones- provocó un progresivo deterioro del desempeño operativo y patrimonial y la pérdida de liquidez lo cual a su vez provocó que numerosas empresas pospusieran nuevas inversiones en sus redes, afectando de esa manera la calidad de los servicios.

En este contexto muchas empresas prefirieron retirarse del país aún vendiendo a pérdida las compañías. Otras prefirieron permanecer y esperar una recomposición de sus ingresos que les permitiera retornar a la normalidad legal y contractual según lo prescripto en los marcos regulatorios y los respectivos contratos de concesión.

 

Impacto económico

 

Según un informe que elaboraron conjuntamente ASAP y el IAE “Gral. Mosconi”, los subsidios pasaron de representar el 0,4% del PBI en 2005 al 4,1% del PBI en 2015.

Dentro de ese total la mayor parte de los mismos corresponde a Energía (de 0,2% del PBI en 2005 pasa a 2,9% del PBI en 2014). Entre 2005 y 2014 los subsidios energéticos elevaron su magnitud en el gasto primario nacional pasando de un valor del 1,5% en 2005 a 12,3% en 2014.

Pero además, los congelamientos tarifarios impactaron significativamente sobre los consumidores de servicios públicos. Estos impactos se refieren a tres aspectos: a) las tarifas de los servicios públicos; b) la inequidad regional de las tarifas; y c) la disminución de la calidad de los servicios públicos energéticos.

Las tarifas de los servicios públicos congeladas en un contexto inflacionario como el que rigió desde 2002 hasta el presente se transformaron en un precio relativo atrasado o muy retrasado respecto a otros precios de la economía.

La inequidad regional de las tarifas se da en un contexto en que en jurisdicción nacional se mantiene una política de congelamiento tarifario; y esa política no ha sido uniforme en la jurisdicción provincial. El resultado ha sido que los usuarios abastecidos por empresas reguladas por el Estado nacional (Edenor y Edesur) reciban la energía eléctrica con tarifas muy inferiores a las que pagan los consumidores del interior. Sin duda ello constituye una injusticia manifiesta para con los consumidores del interior.

Por otra parte, la generación eléctrica se realiza en jurisdicción nacional; y por lo tanto la energía recibida por las distribuidoras de todo el país tiene un precio uniforme. Ese precio es también subsidiado y por lo tanto ese subsidio impacta o beneficia a todas las distribuidoras por igual.

El deterioro de la calidad de los servicios públicos se ve reflejado en el incremento de los reclamos de los usuarios presentados al ENRE (2003-2012), que han aumentado en forma significativa en los últimos años. La falta de suministro constituye el principal causante de los reclamos (promedió el 75% anual entre 2008-2012). En los últimos años, los reclamos por falta de suministro crecieron más que el resto (+145% en 2010 y 80% en 2012). 9 de cada 10 reclamos de 2012 fueron por falta de suministro.

 

Magnitud de los subsidios

 

Las partidas de gasto del Presupuesto Nacional destinadas a financiar los subsidios al consumo de energía eléctrica y gas natural registraron un crecimiento explosivo durante los últimos diez años, multiplicándose 110 veces entre 2004 y 2014 (de $1.157 millones a $128.000 millones).

Entre 2004 y 2014, los subsidios a la energía sumaron cerca de $ 342.000 millones de pesos corrientes. En el año 2004 los Subsidios Energéticos medidos como Transferencias para gastos corrientes fueron de 1157 millones de $; mientras que las transferencias para gastos de capital fueron ese año de 144,8 millones de $. En 2014 esos valores fueron de 127.984 millones de pesos para los Subsidios Energéticos y 32.770 millones de pesos para la Transferencias para gastos de capital.

Los subsidios– como transferencias para gastos corrientes – se canalizan principalmente a través de dos Cammesa y Enarsa, que entre otros fines tienen a su cargo, respectivamente, el subsidio a la generación eléctrica (ya sea por medio de compensaciones a las generadoras, como mediante la compra de combustible) y la compra de gas importado para el abastecimiento del mercado interno.

Con una incidencia muy inferior, también se cuentan las transferencias a productoras de gas derivadas del Programa de Inyección Excedente de Gas Natural (denominado “Plan Gas”) aprobado en 2013.

 

Subsidios y distribución de la riqueza

 

Solo el 20 % de los subsidios al gas por redes son recibidos por la población que se encuentra en los cuatro deciles de menor ingreso; para ellos el ahorro respecto a su ingreso familiar alcanza valores cercanos al 2% los ingresos. El 80% de los subsidios se concentra en los seis deciles de mayor ingreso de la población.

En cambio en el caso del gas licuado en garrafas o cilindros (GLP) se observa una mayor productividad del subsidio ya que el grueso de los subsidios se concentra en los deciles de menor ingreso y lo ahorros que se producen en relación al ingreso familiar son significativos por lo menos hasta el 5° decil. En cuanto a la electricidad, los subsidios en los deciles de mayor ingreso son mayores que los de menores ingresos y los beneficios relativos son menores.

 

OPINIONES

Juan José Aranguren, ministro de Energía y Minería

“Recuperaremos gradualmente los marcos regulatorios establecidos por las leyes 24.065 y 24.076 para establecer las RTI previa audiencia pública. Al mismo tiempo modificaremos gradualmente el esquema de subsidios a la oferta eléctrica y de gas con el objetivo de recuperar la calidad del servicio eléctrico y atraer la inversión en gas de forma tal que disminuyamos la dependencia importadora. En dicho proceso mantendremos el subsidio a la demanda de los sectores más vulnerables por medio de una tarifa social”.

 

Daniel Montamat, director de YPF

“Los subsidios energéticos totales sumaron 15.700 millones de dólares en el 2014 (el 71% de los subsidios económicos), y se han erigido en un rubro central del déficit público. Este 2015 han seguido creciendo por la mayor incidencia del subsidio eléctrico. No hay posibilidad de formular un plan de estabilización serio que apunte a una macro estable sin abordar esta distorsión de la herencia energética. Habrá que transformarlos en subsidios a la demanda y luego focalizarlos en una tarifa social”.

 

Gerardo Rabinovich, Vicepresidente 2° del IAE “Gral Mosconi”

“Los desafíos del corto plazo son acuciantes. El gobierno kirchnerista ha dejado una pesada herencia en el sector: empresas energéticas completamente desestabilizadas, quebradas y con activos físicos deteriorados; reservas y producción de crudo y gas en retroceso; tarifas congeladas y subsidios que, en 2015, para la electricidad y el gas natural estimamos que van a llegar a los 170 mil millones de pesos; perdida del autoabastecimiento energético y dependencia de las importaciones del gas y del gas oil”.

 


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