Downstream

“Estamos discutiendo el pasado en lugar de discutir el futuro”

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Juan Jose Aranguren de cara a las elecciones 2015

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“En los últimos años hubo una desinversión en el sector, consumimos las reservas y llegamos a una situación donde casi el 12% de la energía primaria se importa”, señaló Aranguren-

¿Cuáles son las condiciones necesarias para atraer inversiones?

Se logra con algunos factores que son relevantes. Tener la geología que nos permita sacar esos recursos, la tenemos y la estamos comprobando. Tener el capital humano y que exista el capital financiero para poder hacerlo. El capital humano existe acá y afuera y el capital financiero para invertir existe en el mundo porque las tasas de interés siguen siendo bajas. La tecnología existe.

Se necesita precio pero hay un quinto elemento que es fundamental para atraer inversiones que es el marco regulatorio estable en el tiempo. Un marco regulatorio donde volvamos a dar preeminencia al artículo 31 de la Constitución que dice que la Constitución y las leyes prevalecen sobre otro tipo de normas como pueden ser decretos y resoluciones. Donde tengamos que tener estabilidad jurídica, fiscal y laboral. Esas condiciones que han hecho que por no tenerlas en los últimos años, la inversión no haya venido a la Argentina como sí fue a otros países. Y creo que en la coyuntura actual hay un amplio consenso. Hasta esta misma administración al final de su período está reconociendo que se necesitan dar otro tipo de señales. Lo que fue la sanción de la Ley de Hidrocarburos es un claro ejemplo de que se necesitaba hacer algo para dar la certeza al inversor que le conviene invertir en la Argentina. Los planes promocionales que remuneran el gas adicional a 7,50 dólares el millón de BTU es un reconocimiento que conviene subsidiar eso antes que estar pagando la importación.

-¿Usted no se opone a todos los subsidios?

No, lo que quiero decir es que en la última década se cometió un error serio, se subsidió a toda la oferta en lugar de subsidiar a la demanda que lo necesita. Hay que segmentar los subsidios y que lo reciba quien lo necesita, no que sean subsidios para todos y todas.

Creo que es importante que si se va a subsidiar se lo haga de forma directa y no usando subrepticiamente algún tipo de instrumento. El subsidio tiene que aplicarse directamente porque es la mejor manera de controlarlo. Si el subsidio se aplica con un mecanismo indirecto se pierde el control del subsidio. Si el conjunto de los argentinos hace un esfuerzo para subsidiar a una parte de la población, ese subsidio debe ser transparente y directo para que pueda ser controlado y se evite un exceso de gasto público que no va dirigido al problema que se quiere resolver.

Esta política nos llevó a una situación, donde por estar mandando esa señal de alimentar a la demanda y al mismo tiempo no dar señales claras para que la oferta acompañe a la demanda, llegamos a una situación en donde tenemos déficit y tenemos que importar.

Gracias a Dios, este año el impacto que va a tener en el déficit comercial de la Argentina el faltante de energía está morigerado por la caída de los precios internacionales. Este un beneficio que le va a permitir al país ahorrar entre 2.000 y 2.500 millones de dólares.

-¿Cuánto fue la transferencia del fisco a las refinadoras con la importación de combustible subsidiado?

No fue a las refinadoras, fue al consumidor. Eso ahora dejo de existir porque hasta el año pasado existía por ley de presupuesto la posibilidad de importar combustible desgravando el impuesto al gasoil o la tasa hídrica. La última ley de presupuesto no contempla esa posibilidad.

Hoy la realidad indica que uno puede estar importando por debajo del precio del mercado interno. Esto es en la medida que se mantenga el nivel devaluatorio que tenemos hoy. En los últimos dos años la devaluación recuperó camino frente a la inflación. Si uno mantiene el dólar quieto durante mucho tiempo pierde competitividad en el mercado externo. Con un euro que perdió fuerza respecto del dólar, con un real que hace dos años estaba a 1,60 y hoy está a 3,20 y con un dólar que se ha apreciado en el contexto mundial, Argentina pierde competitividad en su sector externo.

- ¿Para usted la devaluación es una herramienta válida para ganar competitividad?

El equilibrio de precios entre países implica que la moneda de un país tiene más o menos fuerza frente a otra moneda en función de las transacciones comerciales que se hacen.

Si uno en forma artificial plancha la evolución de la moneda en el mercado interno provoca que sea muy difícil exportar, sea muy sencillo importar pero tenemos otro problema adicional. Como no han venido flujos de divisos al país por los motivos que conocemos, hoy no existen dólares suficientes para poder importar.

- Estos puntos que usted señala son los que se le critican siempre al Gobierno. Ahora independientemente de eso, ¿usted no cree que más allá de lo que se hizo mal, se protegió a la Argentina frente a las crisis externas?

La única verdad es la realidad. Y la realidad no puede tomarla sólo en el presente sino también en función de que Argentina dejamos para el futuro. Hoy todo el mundo hace referencia que tenemos que tener una economía que propugne un desarrollo sustentable o sostenible. Es decir, no se puede hipotecar el futuro a partir de un beneficio presente.

Tuvimos años en que nos aislamos del mundo, donde vivimos con lo nuestro. Ahora, ¿eso es suficiente? ¿Eso es sostenible en el tiempo? O simplemente nos permite estar bien durante unos años aislarnos y amortiguar cualquier impacto o crisis futura.

Creo que uno de los problemas que tenemos, y acá no le estoy haciendo cargo solamente a un Gobierno o a un partido político, estoy haciendo cargo a toda la sociedad argentina, estamos muy pendientes del día a día y muchas veces del pasado. Estamos discutiendo el pasado en lugar de discutir el futuro. No tenemos un proyecto de país e insisto esto no es un posición política. Tomemos el sector energético. ¿Cuáles son los objetivos de la política energética al 2035? ¿Dónde queremos estar? ¿Cuál es el plan energético que tenemos? Aunque no se cumpla ese plan, tenemos que tener objetivos de largo plazo. ¿Es sostenible que tengamos una matriz energética del 87% dominada por hidrocarburos fósiles de acá al 2035? ¿Cuál es la mejor forma de pagar la energía, en forma directa para aquel que la consume en cantidad y calidad o forma indirecta a través del impuesto inflacionario? Este es el meollo de la discusión y creo que pasa por una cuestión de transparencia. Pasa por tener un claro discurso. Acá no hay una discusión entre estado y mercado. Creo que hay que tener una política energética que sea independiente de los partidos políticos. Creo que energía como otros sectores requiere de una política de estado en donde nos tenemos que poner de acuerdo en los grandes lineamientos, sino no tenemos destino como sociedad.

-¿Qué responsabilidad le cabe a la oposición?

Total, la misma responsabilidad que le cabe al oficialismo. Cuando alguien no avanza puede ser por dos motivos, o porque el que esta enfrente me impide avanzar o porque uno mismo agacha la cabeza y no avanza. Creo que acá hay una responsabilidad compartida en poder discutir adecuadamente cuales son las políticas de estado que hacen que Argentina pueda tener un desarrollo sostenible hacia futuro. Que pueda tener mejor seguridad, mejor educación, mejor salud y justicia.

Ahora cuando hablamos de energía debemos tener en cuenta dos conceptos: seguridad energética y cambio climático. Tenemos que tener certeza de que tenemos hidrocarburos accesibles y al mismo tiempo reconocer que impactamos al medio ambiente. Por lo tanto, debemos tener una matriz energética que tenga en cuenta el impacto en el largo plazo.

-¿El actual precio del crudo permite nuevas inversiones?

Baja el precio porque hay un nuevo equilibrio entre oferta y demanda ¿Cambió la estrategia de las compañías? No para nada. Un menor crecimiento de China (7,5%) una recesión que continúa en Europa y una oferta adicional de EE.UU. que antes importaba unos once millones de barriles y ahora alrededor de ocho millones, conforma un nuevo equilibrio de precios.

Soy optimista en decir que si bien en materia energética tenemos un problema y tenemos que importar, es porque no hemos podido atraer la cantidad necesaria de dólares. Tenemos enormes recursos hídricos, eólicos y solar, la Patagonia es un lugar único en el mundo.

Pero para atraer a los capitales se necesita una política de estado y un marco estable en el tiempo –que no significa asegurar ganancias- simplemente otorgar la certeza de que las reglas de juego no se van a cambiar de un día para otro.

Fíjese qué pasó con las retenciones. En marzo de 2008 se dictó la Resolución 125, que la firmó el ex ministro Lousteau, pero antes se había dictado la Resolución 394 (noviembre de 2007) que firmó el también ex ministro de economía Peirano. Y el factótum de ambas fue Moreno.

Hasta la sanción de la 394 las refinerías procesaban al máximo de su capacidad, porque los excedentes se exportaban con un margen mayor al del mercado interno, ese margen permitía subsidiar al mercado interno.

-¿Eso no tienta a exportar más que a vender al mercado interno?

La ley de hidrocarburos dice que no se puede exportar sino está abastecido el mercado interno, de lo contrario la Secretaria de Energía no permite exportar.

En aquella oportunidad, se puso un punto de corte de USS$ 60.9 que era lo establecido en la Resolución 394, por encima de esa cifra se lo quedaba el fisco como impuesto y le dejaba un corte de 42 dólares el barril al productor local. ¿Quién va a procesar más si el negocio se lo lleva otro? Eso provocó menor inversión y menor ingreso de divisas. El treinta y cinco por ciento de cero, es cero.

- Esa situación cambió.

Este año 2015 modificó el ministro Kicillof- y que puso un punto porcentual de impuesto a las exportaciones de combustibles. Ahora, qué distinto hubiese sido si se hubiesen otorgado incentivos, “si usted produce más de tanto le reduzco la retención” recaudando a partir no de una alícuota más alta sino de mayor producción. Eso hubiese sido más inteligente, eso es discutir, eso es negociar. No es discurso único.

- ¿Que nos puede decir de la gestión de Galuccio?

Es como preguntarle a Arruabarrena que piensa de la gestión de Gallardo, yo también soy vasco. No puedo hablar de las decisiones comerciales de otras compañías. Ahora bien, como argentino yo también soy accionista de YPF y es claro que hubo un cambio rotundo en el gerenciamiento de la compañía que pasó a ser gerenciada por petroleros y no por banqueros. Ese acuerdo es responsabilidad del gobierno que le había permitido pagar el 90% de los dividendos para pagar la adquisición, ese acuerdo impedía destinar la ganancia anual a invertir y cumplir con la obligación de cualquier compañía que es recuperar el nivel de reservas para mantener el nivel de producción para obtener rentabilidad. Por eso reconozco este cambio que es sustancial. YPF empezó a hacer lo que Shell quiso hacer en el sector Downstream y no lo dejaron hacer, que es recuperar los costos económicos.

-¿Quiere decir que Shell se vio beneficiada por el cambio en YPF?

Pongámoslo al revés, Shell durante mucho tiempo se vio perjudicada porque muchos no querían ver la realidad y de golpe vino una nueva administración económica, Kicillof, que reconoce la realidad que si una empresa desinvierte, sino recupera sus reservas muere. Lástima que no lo vieron antes.

- ¿Donde están invirtiendo?

Estamos explorando en la Cuenca Neuquina: Sierras Blancas, Cruz de Lorena y Águila Mora operadas por nosotros junto a G&P (US$ 250 millones) y otras dos que el año pasado compramos el 42% a Total, Rincón la Ceniza y Escalonada (US$ 300 millones). En la misma línea de los que estamos haciendo en EE.UU, desarrollando recursos no convencionales.

La calidad del recurso es muy buena, es mejor que el promedio de la Cuenca Neuquina que hoy estamos comprando es petróleo nuevo no convencional y es mejor que el petróleo viejo convencional, tiene menor contenido de azufre y se obtienen mayor cantidad de refinados.

Shell explora desde la década del ´20. En los últimos treinta años hemos explorado bastante. Incluso offshore, frente a Mar del Plata, frente a la costa de Magallanes. Incluso en el ’98 cuando había un paraguas de soberanía en el sector de las Malvinas, Shell bajo ese paraguas llegó a explorar en la cuenca y hallamos petróleo, pero el barril estaba a 12 dólares.

-¿Como impacta la caída del crudo?

Las inversiones se iniciaron con una proyección de barril menor al internacional, un precio interno de 80/85. De todos modos pensar en el precio de coyuntura es simplificar, este precio es difícil que se mantenga durante 35 años que es lo que dura el proyecto. Hay muchas variables, como la productividad por pozo y otros costos.

Hoy las empresas están en la denominada “curva de aprendizaje” estudiando costos y logística y todo lo que hace al know how para poder optimizar el recurso.

-¿Hablaron con YPF para trabajar juntos?

Los niveles de participación que YPF estaba dispuesta a ceder nos resultaron poco atractivos, preferimos hacer farm inn con otros productores.

- Se ha mencionado que trabaja con Macri…

No dije nunca que trabajo con Macri. Sin embargo, creo que todos aquellos que creemos que podemos contribuir en algo, tenemos que hacer el esfuerzo de contribuir.

Vengo de una tradición familiar de radicales y en la última elección he votado a un candidato que saco el 1,8% de los votos. No tengo el empacho en decirlo porque privilegio otras cosas que antes que el bolsillo: privilegio el sentido de lo correcto y las instituciones. Hace poco me preguntaron a quién votaría entre Massa, Macri y Scioli y dije que votaría por Macri, porque es lo que pienso.

Sí es cierto que todos los sectores que me han consultado, el que más lo ha hecho es el Pro y también es al que más respuestas he dado.

Son muchos los que ven la forma en que he tratado de defender el negocio del petróleo y gas en la Argentina y que saben hacia qué lado me puedo inclinar.

A veces me preguntan sobre el compromiso de la empresa con el país y digo: asumí en 2003 –contemporáneo de Néstor Kirchner– y en esa época había cuatro refinadoras, YPF, Shell, Esso y Petrobras.

De esas cuatro empresas 12 años después y vemos lo que ha sucedido con el compromiso accionario: Petrobras decidió vender una refinería con 360 estaciones a Cristóbal López; Esso tomó la decisión de irse de la Argentina, está en upstream pero vendió el Downstream a un consorcio integrado por Bridas y Cnooc con el nombre de Axion, Repsol del 2008 pasó de una venta muy particular a un banquero experto en mercados regulados a una expropiación.

La única que ese mantiene trabajando igual es Shell en el país como hace 100 años. Aquella que era la más enfrentada, aquella donde su presidente era enemigo del gobierno, hoy está invirtiendo en no convencionales en la Cuenca Neuquina.

Yo he sido administrador de recursos de terceros durante 36 años en Shell, los últimos 12 como presidente y por decisiones personales no voy a continuar, pero quiero colaborar con algo que conozco y que es el sector energético.


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