Opinión

"El gobierno ha impulsado un marco regulatorio favorable a la inversión extranjera"

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“Una serie de factores han impulsado el florecimiento de esta industria en el país, aún por desarrollar”  Tan sólo hace poco más de un año, energía eólica y Argentina parecían no ir de la mano.

 

Angélica Ruiz Celis

Directora General de Vestas para América latina

 

Una serie de factores han impulsado el florecimiento de esta industria en el país, aún por desarrollar. Entre ellos, destacan tres aspectos fundamentales: En primer lugar, la Argentina cuenta con un gran potencial eólico que permitiría abastecer a la población de energía limpia, eficiente y sostenible. Según han citado distintas fuentes, se dice que el país cuenta con la tercera reserva eólica de todo el mundo; En segundo lugar, el gobierno ha impulsado un marco regulatorio favorable a la inversión extranjera que haga posible la financiación de los proyectos; Por último, el sistema de subastas ha supuesto el campo de cultivo más idóneo para saber capturar esa sed de inversión por parte de empresas locales y extranjeras, tanto fabricantes como desarrolladores, ávidas por desarrollar una industria con tanto potencial.

La energía eólica ha demostrado ser una apuesta segura por la sostenibilidad de nuestro planeta. Desde hace ya algunos años, el sector eólico ha sabido demostrar su competitividad frente a otras fuentes de generación eléctrica.
Tan sólo hay que hacer un repaso por las últimas estadísticas e informes para comprobar que el coste medio de la energía eólica ha ido bajando considerablemente hasta superar el de otras fuentes de generación eléctrica. Es decir, la eólica no sólo contribuye a reducir las emisiones de CO2, sino que además, produce más energía a menor coste. De ahí que muchos gobiernos como el de Macri estén apostando fuertemente por el desarrollo de esta industria, con el objetivo de diversificar el mix energético del país y reducir su dependencia en los hidrocarburos.

A finales de 2015, Argentina puso en marcha el programa RenovAR, auspiciado por la Ley 27.191 con el objetivo de impulsar el desarrollo del sector de las renovables en el país. En concreto, con esta ley se aspira a que a finales de 2017, las energías verdes supongan un 8% del mix energético argentino. Gracias al nuevo marco regulatorio y a las garantías de financiación, el sector ha atraído inversión extranjera, así como a desarrolladores y fabricantes de ámbito local e internacional. Sin embargo, éste no es el caso de Vestas: la compañía ya estaba presente en el país; de hecho, fue el primer fabricante en llevar la tecnología eólica a territorio sudamericano con la instalación de un aerogenerador en Chubut (Clamoreco) en 1994. Años después, instalaría la planta eólica más grande del país (Rawson, 77 MW) hasta el momento. Las nuevas necesidades de sector han favorecido que Vestas refuerce aún más su posición de liderazgo en la Argentina con una nueva oficina en Buenos Aires que permita un contacto más directo con los clientes locales. De hecho, tan sólo entre diciembre de 2016 y enero 2017, Vestas firmó 225 MW en nuevos contratos que habrán de materializarse a lo largo del año. Actualmente, Vestas tiene 89 de los 279 MW eólicos que hay instalados en Argentina, según datos de GWEC.

El año pasado no se instaló un sólo megavatio, pero para 2017 las previsiones son mucho más venideras. En este sentido, las subastas están teniendo un papel fundamental, pues las reglas de la licitación exigen que los parques eólicos estén conectados a la red eléctrica a lo largo de 2018. Las subastas constituyen un sistema eficiente para asignar capacidad eléctrica porque potencian la optimización de los proyectos al máximo con el fin de obtener el coste más eficiente por MWh. Sólo los proyectos más competitivos serán aquellos que llegarán a ver la luz; por tanto, se premian factores como la eficiencia y la optimización.

De hecho, muchos países que se encuentran en la fase inicial del desarrollo del sector eólico, han aprendido de la experiencia de otros mercados más maduros y están apostando directamente por el sistema de subastas. Argentina es uno de ellos. En septiembre de 2016 se llevó a cabo la primera subasta de renovables en el país; aunque se licitaba por 1 GW en total, se presentaron ofertas que sumaban 6 GW de capacidad, una muestra clara del éxito de la convocatoria.

Finalmente se adjudicaron 400 MW eólicos. Sin embargo, se estima que para cumplir los objetivos estipulados en la Ley 27.191 (20% de la matriz energética en 2020), se necesitaría instalar al menos 1 GW anualmente.
Es decir, la carrera por las renovables tan sólo acaba de empezar. El potencial que ofrece el sector eólico en Argentina es enorme y desde el punto de vista del fabricante global número uno, nos satisface enormemente formar parte de ese desarrollo.


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